Los juegos de Asterix están muy bien
porque se tratan de pegar puñetazos y poco más. ¡Qué sencillo!
¡Qué práctico!
Donald Trump estoy seguro que ha jugado
a muchos juegos de Asterix, porque su estilo es práctico, sencillo.
Si el problema es que hay goteras arregla el tejado, no pone un cazo
debajo.
El cazo está muy bien hasta que llamas
a Toni, el que arregla los tejados, pero no puede pasarse uno la vida
con un cazo en el salón escuchando plic-plic. Hay que llamar a Toni.
La gente ya sabes cómo es; por no
mover un dedo es capaz de llenar la casa de cazos antes de hacer lo
que tiene que hacer. Prefiere ir esquivando cazos hasta la nevera y
luego esquivarlos de vuelta al salón que ponerse con lo del tejado.
Y también di que hemos armado una
sociedad muy complaciente, muy de niños mimados. Aquí a todo el
mundo le gusta diseñar en Illustrator pero a nadie le gusta hacer
cemento para tapar grietas. Por eso los problemas graves, en general,
nadie sabe resolverlos.
Total, que aquí nadie sabe resolver
nada. Aquí lo único que se sabe hacer es ir a Primark a comprar
ropita. ¿Cómo se hace la ropita que compro en Primark? Ah, yo qué
sé. Yo sólo sé comprarla. Y, en el mejor de los casos, diseñarla.
Para hacer la ropita de Primark hay que
apretar los dientes y matar a latigazos a unos cuantos trabajadores.
Puede que te duela el corazón, pero si cedes a la conciencia tus
ciudadanos no podrán comprar ropita en Primark. Y eso sí que no se
puede consentir. Son tus ciudadanos o los del vecino. Y tú tienes
que luchar por los tuyos.
Así que Donald Trump no está haciendo
nada del otro mundo, simplemente está haciendo lo que se ha hecho
toda la vida pero a la cara. Lo que pasa es que los niños memos de
Primark nunca habían contemplado la crudeza del mundo. Por eso están
tan escandalizados.
Pero vamos, lo de Donald Trump es el
pan nuestro de cada día. Si no lo sabes es porque eres memo, no es
que Donald Trump sea malo. Es que tú eres memo. Ese es el problema.
El único.