Las Olimpiadas de los patos. El propio
nombre lo indica.
No se me ocurre una mezcla mejor. Hay
que estar ciego para no darse cuenta de que esta es la recopilación
definitiva.
Las Olimpiadas siempre han sido un
escenario excelente para que nuestros personajes de ficción den el
do de pecho. Se me ocurre recordar a Mortadelo y Filemón y a Mario y
Sonic.
“¡Oh, limpiada con bayeta! ¡Oh,
limpiada con estropajo! Relucirá su cazuela con detergente Cascajo”
Así rezaba un ripio de Mortadelo y Filemón aprovechando la ocasión
de las Olimpiadas. Es evidente que en estas citas se pica alto.
Ibáñez aprovechó las Olimpiadas de
Barcelona 92 para hacer crítica a los políticos de nuestro país,
algo que se ha convertido en habitual con el paso de los años.
¿Será Pablo Iglesias alguien a quien
reprochar pronto vicios de la política? Yo apuesto a que sí.
Pablo Iglesias ya está resabiado. Poco
queda ya de aquel chico con estrellas en los ojos. A base de
mamporros y puñaladas le han convertido en otro villano cualquiera.
Personalmente retiro mis fichas de la casilla de Pablo Iglesias y
recojo ganancias. Si a partir de ahora apuestas a Pablo Iglesias vas
a empezar a perder. Te lo susurro al oído.
Ey, es la vida. Los árboles parece que
se levantan majestuosos y pacíficos en el bosque, pero si levantas
la tierra verás que sus raíces se estrangulan las unas a las otras
por un trocito más de terreno. Los humanos hacemos lo mismo.
Por tanto ¿quién soy yo para
reprocharle a Pablo Iglesias o a un árbol nada? Está en la
genética.