Momento generacional, ¿eh? ¡Ghost
World! ¿Qué moderno que se precie no conoce Ghost World? Yo no
conozco ni uno.
La película Ghost World es una chusta
sobrevalorada y el cómic a mi no me flipa tanto como se supone que
tendría que fliparme, pero hay que reconocer que en su estilo es muy
bueno. Lo que pasa es que a mi ese estilo tan “ghost” no me va.
Aquí se dio a conocer al mundo
Scarlett Johansson, con una interpretación tan pobre que dan ganas
de llorar.
Así que me temo que Ghost World es un
tótem muy simpático, tótem con el que yo no me identifico, lo
siento mucho.
No entiendo ese rollo de tías “como
molantes” que hacen cosas como “que-no-molan-pero-por-eso-molan”.
Me cansa que te cagas. Es un juego como todos los juegos de niñas,
un puto coñazo.
Vamos, sobre todo que me parece que
ellas lo ven como lo-más-de-lo-más, que “no me gusta porque no lo
entiendo”, pero lo entiendo perfectamente. Lo que pasa es que me
parece un churro de mierda, eso es todo.
¡Las tías que molaban eran las que
jugaban al fútbol, eso lo sabe todo el mundo! No, la gorda no, la
otra, la normal, un poco guapa. Esa entendía a los chicos y se lo
pasaba bien con ellos. ¡Joder! Aquella era la buena.
¿Dónde está esa chica? No me acuerdo
dónde la puse. Tengo que encontrarla porque me tengo que casar con
ella urgentemente.
Tengo que encontrarla rápido, porque
las locas raras están a punto de echar la puerta abajo. ¡Que os
larguéis! ¡Que me voy con la otra! ¿Qué no entendéis? ¡Dios
mío, largo de aquí!