viernes, 10 de febrero de 2017

Íñigo Errejón

El villano entre los villanos. El ángel caído. ¿Quién se atreve a cuestionar la autoridad de Pablo Iglesias? Sólo un villano del cómic.


Errejón es como aquel Ned Flanders en un episodio de Halloween de Los Simpsons que era el demonio, que decía que el demonio siempre es quien menos te lo esperas.

Todos somos potencialmente el demonio si nos tocan los cojones. Y supongo que al bueno de Íñigo se los han tocado con las dos manos, haciendo equilibrio entre ambas bolas.


Esto pasa mucho en los grupos de colegas. Eres mazo de colega de uno pero de repente se echa otros amigos y quedas jodido. ¡Pero bueno! ¿No ves que esos amigos nuevos que te has echado son unos pintas? Ellos no te van a tratar tan bien como yo. Igual necesitas ampliar tus horizontes, pero ¡carajo! ¿No podríamos ampliarlos juntos?

Pero tú ya te has ido con los nuevos, mucho más fascinantes, manejan mucho más aquellas cosas que tú quieres aprender que los antiguos. Así que a los antiguos que les den por culo, que estamos hablando de tu felicidad, de tu proyección. Con los antiguos bien, pero ya no es lo mismo. Quizás en el futuro las cosas vuelvan a virar.


Claro, estos como se han pasado la vida dando clases y no mamando birras con sus colegas saben mucho de pensadores comunistas, pero de la verdad más sencilla no tienen ni puta idea.

La verdad más sencilla es que estoy celoso. La verdad más sencilla es que te odio. ¡Te odio! ¿Cómo pudiste hacerme esto a mi, con todo lo que yo he hecho por ti?


Si Podemos aspira a gobernar a la “España real” no está de más que aprenda un poco de los sentimientos reales, aquellos que no se solucionan leyendo más y más libros de filosofía. Se solucionan clavando puñales por la espalda, hablando mal del enemigo cuando sales por ahí. ¡Que se entere! La vergüenza social que tendrá que soportar le dará su merecido.

¡Ah, el amor! No es cosa fácil. Mira el Pablo qué rápido ha hecho el siguiente movimiento normal cuando pasan estas cosas: te vas con la que es más tontita pero te quiere sin hacer preguntas. Me voy con Irene Montero. Que se jodan Íñigo y Tania. ¡Ojalá yo pudiera volver a los tiempos de colegas! Estos cabrones no saben la suerte que tienen.