lunes, 27 de febrero de 2017

La batalla del domingo

Uy, qué peliculón me compré ayer en el Cex. Por lo menos la sinopsis lo augura.


Esto es una peli homenaje a La Saeta Rubia, el futbolista Di Stefano. Resulta que al principio la peli es como artística y elogiosa, pero luego la estrella ve el guión y se enfada mucho. Dice que eso no refleja su vida ni de chiripa. Así que desde ese momento la película se convierte en una comedia y trata de Di Stefano con sus amigotes y llevando a sus hijos al colegio.

Abierto hasta el amanecer tiene un giro de guión menos prominente y todo el mundo mea colonia con ella. Pues no sé por qué no mean con esta, entonces.


Si tuvieran que hacer una película sobre mi vida, que todo llegará, también quiero que sea una comedia. Acepto los honores hasta cierto punto, pero honores sin birras, como barcos sin honra, es algo del todo estúpido.

¿Para qué quiero que me cubras de pétalos de rosa? Sí, huelen muy bien, no te digo que no, pero los pétalos de rosa ni se comen ni se follan. Con lo cual molan pero sólo hasta cierto punto.


Bueno, ahora las flores se comen, según tengo entendido. He visto restaurantes que sirven, agárrate, pétalos de flores para comer. Google ha hecho mucho daño, ha convertido a la sociedad en una horda de memos. Desde hoy mi causa es desfacer esa farsa, siempre y cuando tenga la tripa llena y el pene feliz, claro está.

Los chicos que trabajan en Silicon Valley me irritan que no veas. Creen que llevan una vida perfecta cuando es la más imperfecta de todas. Una vida prefabricada, una versión del Cielo ofensiva por remilgada. ¡Cuánto se enfada Dios cuando ve que sus hijos desprecian su Creación perfecta para abrazar esa versión descafeinada! Dios y yo estamos rayadísimos con estos rollos.


Dios y yo tenemos como buscador predeterminado en el navegador Bing. Echamos de menos Blackberry OS y Android nos da asco. Estamos deseando pasarnos a Linux y vamos en chándal.

En resumidas cuentas, Google y todo lo que huela a Google está en nuestro punto de mira. A Apple ya nos la hemos cargado. Siguiente objetivo estratégico Google. ¡Ay, Pablo Iglesias, que soy mejor estratega que tú! Menos Juego de Tronos y más South Park.