Este libro me lo compré cuando estaba
muy interesado en moda. Ahora también lo estoy, pero como he
trascendido más allá de los confines del Universo estos manualillos
se me antojan menores.
“Una interpretación de las formas de
vestir”. ¡Menuda ciencia! ¿Necesitas un libro para eso? Si la
tronca esa va enseñando cacha es que quiere. Si va de negro tapada
de arriba a abajo es que es estrecha. ¿Necesitas un libro para ver
lo evidente?
Ah, que tú te refieres a cuestiones
más “sutiles”. Lamento cortarte el rollo. Si sigues avanzando en
tu análisis de esas “sutilezas” acabarás en lo que yo he
explicado en el párrafo anterior. Por tanto queda demostrado, once
again, que soy superior a ti en todos los sentidos.
No sé por qué te cuesta asimilar
esto. ¿Qué tipo de orgullo es el tuyo? Yo diría que es muy
defensivo. No quieres ver lo que se halla ante tus narices por alguna
razón. ¿Qué razón es esa? ¿Temes ver algo que desbarate tu
sistema de valores? No te preocupes, hombre, a mi me pasa lo mismo.
Nos pasa a todos.
Uno tiene su vida bien construidita y
no tiene ganas de que venga alguien a enseñarle algo que la
desmorone. Por ejemplo, tú puedes tener tu vida construida alrededor
de la idea de que eres el mejor, como me ocurre a mi. Así que ver a
alguien que sea mejor que tú arruinaría tu obra.
¡Menuda visión más sobrecogedora! No
por el hecho objetivo en sí mismo, sino porque verlo y aceptarlo
implicaría ver y aceptar también que tu vida tiene los pies de
barro. Por eso yo desprecio a todo el que se me cruza, por si acaso
voy a ver algo que me arruine lo que con tanto mimo he construido.
No es nada personal, es que no quiero que se me caiga la función. La función de circo, no la
función matemática. Aunque, de un modo u otro, es la misma cosa
vista de formas distintas.
El antídoto para estas visiones es
asentar tu vida sobre valores perdurables. Si no eres el mejor da
igual porque tienes a tu familia y a tus amigos, que les da igual que
seas el mejor, el peor o el regular. Ellos te quieren seas como seas.
Así que, mi querido amigo, replantea
tus cimientos. A ver si voy a aparecer yo por delante de tu faz y te
lo desbarato todo. Con lo cuco que está.