sábado, 25 de febrero de 2017

El lenguaje de la moda-Una interpretación de las formas de vestir-Alison Lurie

Este libro me lo compré cuando estaba muy interesado en moda. Ahora también lo estoy, pero como he trascendido más allá de los confines del Universo estos manualillos se me antojan menores.


“Una interpretación de las formas de vestir”. ¡Menuda ciencia! ¿Necesitas un libro para eso? Si la tronca esa va enseñando cacha es que quiere. Si va de negro tapada de arriba a abajo es que es estrecha. ¿Necesitas un libro para ver lo evidente?

Ah, que tú te refieres a cuestiones más “sutiles”. Lamento cortarte el rollo. Si sigues avanzando en tu análisis de esas “sutilezas” acabarás en lo que yo he explicado en el párrafo anterior. Por tanto queda demostrado, once again, que soy superior a ti en todos los sentidos.


No sé por qué te cuesta asimilar esto. ¿Qué tipo de orgullo es el tuyo? Yo diría que es muy defensivo. No quieres ver lo que se halla ante tus narices por alguna razón. ¿Qué razón es esa? ¿Temes ver algo que desbarate tu sistema de valores? No te preocupes, hombre, a mi me pasa lo mismo. Nos pasa a todos.

Uno tiene su vida bien construidita y no tiene ganas de que venga alguien a enseñarle algo que la desmorone. Por ejemplo, tú puedes tener tu vida construida alrededor de la idea de que eres el mejor, como me ocurre a mi. Así que ver a alguien que sea mejor que tú arruinaría tu obra.


¡Menuda visión más sobrecogedora! No por el hecho objetivo en sí mismo, sino porque verlo y aceptarlo implicaría ver y aceptar también que tu vida tiene los pies de barro. Por eso yo desprecio a todo el que se me cruza, por si acaso voy a ver algo que me arruine lo que con tanto mimo he construido.

No es nada personal, es que no quiero que se me caiga la función. La función de circo, no la función matemática. Aunque, de un modo u otro, es la misma cosa vista de formas distintas.


El antídoto para estas visiones es asentar tu vida sobre valores perdurables. Si no eres el mejor da igual porque tienes a tu familia y a tus amigos, que les da igual que seas el mejor, el peor o el regular. Ellos te quieren seas como seas.

Así que, mi querido amigo, replantea tus cimientos. A ver si voy a aparecer yo por delante de tu faz y te lo desbarato todo. Con lo cuco que está.