jueves, 23 de marzo de 2017

Akira

Menuda película, ¿eh? A mi me deprime y me fascina a partes iguales.


Cuando volvía del colegio de pequeño hojeaba los cómics de Akira en El Corte Inglés. Eso de que en un tebeo se tomasen anfetaminas me desconcertaba, me dejaba k.o. Las drogas siempre me han mareado, es algo que me da mucho miedo. Y que aparecieran en un tebeo me daba yuyu.

Las drogas, sobre los 12 años, me aterrorizaban. Iba de vacaciones a Tarifa con mi familia y estaba emparanoiado constantemente con que alguien me iba a pinchar con una jeringuilla de heroína. Así, por joder. Tipo yonki malvado, como los que nos retrataban en el colegio.


Al final todo se me olvidó y quedó atrás, pero hoy que estoy viendo Akira la cosa ha vuelto a mi.

El apocalipsis, las drogas, los jóvenes perdidos me impactan demasiado. Me entra una depresión densa y me pongo fatal. Sin embargo esta película es magnífica.


No es fácil ser delicadito. Las cosas que a los demás les resbalan a mi me dejan fuera de combate. Por otro lado, las cosas que a los demás les dejan fuera de combate a mi me resbalan. Creo que lo mejor será dedicarme a pintar como un desposeído y utilizar mis bellos poderes para el bien.

A lo mejor tú ves el mundo tal y como está ahora y te quedas como estás. Yo, sin embargo, entro en un estado convulso que no mola nada. Por eso lucho por la justicia, por egoísmo. Vivir en la injusticia, que a ti te da igual, a mi no me sienta nada bien.


Vamos a ver si conseguimos hacer un mundo tranquilito, ¿eh? Que si no igual se me pira como a Tetsuo y luego no se sabe lo que podría pasar.

Ya habrás robado, timado y engañado lo suficiente, ¿no? ¿Todavía no te has quedado a gusto?