jueves, 23 de marzo de 2017

Ladybug

Si te gusta la animación de segunda división te gustará Ladybug. Ladybug es francesa y sus aventuras se desarrollan en París.


Ladybug es una chica corriente pero no. Todos nos identificamos con este argumento. Parecemos corrientes ¡pero no! Somos mucho más en nuestro interior. Sí, pollas. Tú pareces un trozo de madera y es lo que eres. No te flipes.

Ladybug tiene un dispositivo con forma de mariquita que al accionarlo se transforma en heroína. ¡Podría transformarse en cocaína! La cocaína, como te la esnifas y no te la inyectas, parece que mata menos.


Se nota que esta serie es francesa porque la estética de la protagonista se basa en una mariquita. Los franceses son mariquitas. Lo sabe todo el mundo.

De todos modos, a pesar de ser una serie de animación no americana, no está del todo mal. Otra serie francesa buena es Garfield. Otra es Titeuf, aunque esa es en 2D. En Europa no le llegamos a los americanos ni a la altura de la suela del zapato, pero algo es algo.


Una niña no punk, una de esas como normales, disfrutará de Ladybug perfectamente. A mi como me gustan las cosas sin vueltas, porque me hacen pensar poco, también me gusta.

Las mejores series de animación actuales son, por este orden, Hora de Aventuras, Gumball e Historias Corrientes. Con que veas esas tres ya no hace falta que te leas ni un solo libro. Ni uno solo.


Cuando ves Ladybug el cerebro se te pone en encefalograma plano y sólo disfrutas de unos colores muy vivos, vivísimos. Se pasan de vivos pero en la época del Red Bull eso es un must. No recuerdo un solo argumento de ningún capítulo, pero recuerdo los colores de forma vívida. Con Hora de Aventuras, por ejemplo, recuerdas todos los argumentos porque son buenísimos.

Total, que si tienes una hija así normalucha cómprale Ladybug.