domingo, 26 de marzo de 2017

Los Pitufos La aldea escondida.

¡Qué buena pinta tiene la nueva de Los Pitufos! Si todavía fuese al cine me encantaría verla. Pero como eso de ir al cine da, con diferencia, más pereza que ducharme no voy.


Se nota que la película es buena en la textura de la piel de Los Pitufos. Las anteriores (o anterior, no me acuerdo) tenían una textura como áspera, rugosa, siendo signo inequívoco de que un “genio” de turno quería “reinterpretar” a Los Pitufos como si Los Pitufos necesitasen reinterpretación alguna.

Estos nuevos Pitufos parecen lo que son, suspiritos azules.


¿Cuánta mierda reinterpretada has comido ya? No, haz cuentas. Ahora comes pan de masa madre, que no es más que pan hecho por un idiota que se cree que tiene algo que aportar. Comes vegetales sin cocinar como si fueras un pobre que no tiene ni estufa de butano. ¿Y todo por qué? Porque tenías “afán de pureza”. Pero como la pureza de verdad no eras suficientemente valiente como para tenerla, que es tratar bien a los demás, te has tirado a esas “reinterpretaciones” del demonio.

En un sentido global, de visión de conjunto, estas “reinterpretaciones” son positivas porque son un acercamiento, aunque vano, a la pureza para personas que no tienen la capacidad para ser puras. Son, digámoslo así, como meter el pie en la piscina porque tirarte a ella no te vas a tirar. No sabes nadar. Estarías loco.


A mi, entiéndeme, me sacan de mis casillas, porque como yo sí sé nadar ver a un mentecato haciendo bochinches en el borde de la piscina, como Nadadora de Family, me pone histérico perdido. Es como si a Messi le pones a un tuercebotas de compañero en la delantera. Puede que el chaval tenga paciencia con él al principio, pero como Messi es el mejor jugador del mundo acabará cagándose en todo porque el colega no sabe ni tocarla.

Por eso si me ves un poco pasado de vueltas cuando hablo de estas cosas te pediría que te hicieras cargo.


Conmigo te puedes permitir bochinches si eres una mujer. Si eres un hombre no te los acepto. Un hombre, como la propia palabra indica, ha de ser un hombre, y no me valen excusas de que tal o si cual. Sin embargo si eres una mujer, como eres frágil, te voy a aceptar tus tonterías porque, además de ser una mujer, me pareces preciosa.

Tías, no queráis ser hombres. En serio. Es muy cansado. Quedaos con ser encantadoras. Así siempre habrá un tontillo como yo que os aguante. Si fuerais tíos no os aguantaría ni Dios.