lunes, 27 de marzo de 2017

Miss Agente Especial

Ah, Sandra Bullock. ¡Qué guapa! Cuando llegó la edad en la que ya no tenías que tener dibujos animados favoritos y sí actriz favorita me decanté por Sandra Bullock.


Es muy guapa pero no es una belleza de estas vanas. Yo soy así muy especialito. Puede que me gusten las tetas de silicona más que a un tonto un lápiz, pero a la hora de las decisiones de importancia me fijo en valores profundos. Cómo soy, ¿eh? Así me va.

Podía haber elegido a Kim Basinger y haberme quedado tan ancho. Podía haber elegido a Sharon Stone, pero con el coco que tiene esa condenada íbamos a tener unas peleas épicas por la incógnita de una ecuación o sobre los miligramos de manganeso que hay que echar en el matraz. Así que la sensatez aconsejaba Bullock.


En esta película, además, Bullock hace de machipirola. Una machipirola es como se les llama en mi pueblo a las chicas masculinas, las que juegan al fútbol y dicen tacos. Las que te gustaban de niño. Vamos, a mi eran las que me gustaban.

En esta película Bullock aprende que el encanto de Miss America es una cosa estupenda, porque también se puede luchar por un mundo más perfecto siendo bella sin más. La belleza es un arma muy poderosa, yo diría que la más poderosa de todas.


Esta peli se la debería ver Barbijaputa.

Las chicas aparentemente tontas son las más listas de todas, porque ven el alma sin las brumas con las que la mente enmierda. La chica más lista del mundo es una tonta que lo acepta.


Tú tratas continuamente de escapar de que eres tonto y ahí reside tu magia. ¡Qué tonto eres! Pero no por las razones que te crees.

Por el contrario, los más tontos son los que se creen más listos. Hasta que no reconozcas que eres tonto nunca serás listo. Te lo prometo.