viernes, 31 de marzo de 2017

Taco Bell

¡Qué alegrón cuando desembarcó Taco Bell en España! Por fin aquella cadena tan a tope de las películas estaba en Madrid. Habría que estar loco para no ir a ver qué se cuece ahí.


La molonidad de Taco Bell era muy alta, es evidente, porque sin anunciarse en ningún sitio (que yo sepa) ha logrado que todos los teenagers vayan a ponerse ciegos a burritos. Incluso los teenagers guiris, que el otro día vi un corro de ellos sentados círculo en la Puerta del Sol jamando tacos y nachos.

Como demostró Apple, lo mejor es pagar a películas con proyección de éxito para que los buenos utilicen tus ordenadores. Los malos utilizan PCs normales. Las técnicas Illuminati, como espero que ya sepáis a estas alturas, son las más definitivas de todas.


Nosotros conocíamos Taco Bell por las películas de adolescentes, las películas más molonas de todas. Así que Taco Bell se ha hecho con el centro de Madrid sin gastar un duro. ¡Muchos deberían aprender!

Sobre comer en Taco Bell, pues también muy bien. Yo ya estoy en esa edad en la que comer burritos todos los días como que ya no me pega. Pero hace no tanto tiempo iba bastante y todo estaba de puta madre. Te dan salsas de tres niveles de intensidad y en cada una venía un mensaje diferente. En la era de Twitter ese rollo ha quedado desfasado, pero en aquel momento estaba bien.


Total, que si eres un teenager y no un adulto gordo no sé qué esperas para ir echando hostias a Taco Bell.

Luego hay otra cadena de burritos en Madrid que no me acuerdo de su nombre, o sea, que mal empezamos. Las cosas son como más naturales y su rollo es algo más pureta aunque no pureta-pureta. Pureta hipster.


Ahí voy a veces con un amigo porque daban dos cañas por un pavo, pero ya no. Así que tendremos que dedicarnos a los bares de cubos de botellines. Afortunadamente, no escasean, precisamente.

McDonald´s y Burger King ahí peleando y llega Taco Bell y les hace la cama. No sé cómo no les da vergüenza.