lunes, 20 de marzo de 2017

Capitán Tsubasa 4

¿Ha habido una serie más emocionante que Campeones? No, quizás El Coche Fantástico. Poco más. A mi Perdidos me parece una mierda.


Twin Peaks tampoco me gustó. No me gustan así los misterios a lo David Lynch. ¡Joder, tío! Di lo que tengas que decir de una vez. ¿Por qué piensas que retorciéndolo todo es más interesante? Es más tedioso de desretorcer.

Mi primer jefe me dejó muy claras estas cosas. El ADN de Tomás corre por mis venas y lo tengo mezclado con mi sangre. Era lo que el vulgo llamaba “alguien resolutivo”.


Cuando trabajas con ideas y esas cosas pronto aprendes, si no eres idiota claro, que volvernos locos lo sabemos hacer todos. Todos sabemos tener otra idea más, y otra, y otra, y otra. Pero muy pocos elegidos sabemos desplegar un abanico suficiente de opciones y escoger rápidamente la más adecuada.

Sin embargo, antes de llegar al Estadio Divino que describo, has de volverte loco. Messi “lo hace fácil”. Pero “lo hace fácil” porque antes se ha vuelto loco con muchas dificultades. Por lo tanto “hacerlo fácil” es un Don de aquellos que ven la estupidez del mundo y quieren desfacerla presto.


¡Joder, qué difícil es esto! ¿Eh? Parece que para ser Steve Jobs basta con ponerse unas gafas. Pues no, tienes que haberte apuntado al Hare Krishna, te tienen que haber despedido de tu propia empresa, tienes que haber tenido una hija que no reconoces y tienes que haber traicionado a Steve Wozniak. Las lecciones aprendidas en esos asuntos que nada tienen que ver con la formación académica te darán los conocimientos necesarios para diseñar el iMac.

Por tanto, mi querido amigo emprendedor, temo que los cursitos que haces no sirven para nada. Es como haber estudiado los entresijos de la selva y no haber tenido cojones para adentrarte en ella. Indiana Jones en su cuarta aventura recomendaba a sus alumnos salir de la biblioteca, demostrando que había aprendido algo en las tres películas anteriores porque al principio decía lo contrario.


¡Coño, Juan, pero es que haciéndolo como dices tú es muy difícil!

Hombre, claro. Entiende que yo no quiero competencia. Así que te meteré por laberintos irresolubles para que te pierdas como un ratón. ¿Te crees que soy gilipollas?