miércoles, 29 de marzo de 2017

Sportium apuestas deportivas

Nunca había visitado estos sitios porque a mi los antros de perversión me dan como miedo, tengo que ir acompañado para entrar. Por ejemplo, no puedo entrar en un bar de travestis si no voy con amigos.


Pero la última vez que fui a mi pueblo entré en un Sportium con mi primo. Mi primo parecía que manejaba más o menos lo que ahí se cocía. Se acercó a una máquina, ejecutó unas órdenes en una pantalla táctil, metió unas monedas por una ranura y de la máquina salió un tique. Nos fuimos a casa a jugar a videojuegos y de vez en cuando mi primo miraba el móvil para ver cómo iban sus apuestas deportivas.

Chico, esto será todo lo antro de perversión que quieras, pero yo ahí dentro sentí una sensación de superdiversión. Luego veo el anuncio de Huesitos de un pobre mono tocando un piano mientras suena “Me estoy volviendo loco poco a poco”, cierra con el concepto “Disfrutar es sólo eso” y temo que la gente que ha hecho ese anuncio no tiene ni pajolera idea de lo que significa disfrutar.


Macho, si disfrutar es escuchar esa canción megapasadísima tenemos un problema jodido.

Disfrutar tiene que ver con bañarse en el alquitrán. Occidente es muy hipócrita, tapa los vicios cuando los vicios nos gustan a todos. El alcohol existe desde que existe la humanidad. Estoy seguro de que se inventó antes que la rueda. ¿Por qué? Porque mola más ponerse pedo que empujar un carro.


¿Por qué no aceptamos los vicios como una parte más de la vida? Los aceptemos o no, van a seguir formando parte de ella. Con los vicios hacemos lo mismo que con ese hijo fruto del incesto, los escondemos en el sótano.

De vez en cuando hay que ir a Sportium. Claro que sí. Tienen unas pantallas de mil pulgadas donde juegan tenistas que, si no apostaras por alguna de ellas, el partido te la sudaría. Pero como metes diez pavillos a que gane la rubia el domingo se pasa de puta madre. Por diez pavillos tienes un chute estupendo, da más fuerte que un ron cola, yo creo.


Yo estoy intentando convencer a mis amigotes de Madrid para que se vengan un domingo al Sportium, pero como ahora van de adultos responsables tengo que picar algo de piedra.

Ya caerán. En los vicios cae todo el mundo. Es lo que tienen los vicios.