Aquí es donde los niños hipsters
compran su ensalada, antes de ir a casa a ver Netflix y después de
salir de su profesión liberal a las diez de la noche.
Yo también he hecho esas cosas, claro
que sí, pero cuando los hipsters no existían. Éramos tres o cuatro
y ni nos habíamos molestado en ponernos nombre. Luego alguien vino
con lo de “hipster”, pero nosotros ya estábamos en otra
historia.
Aquí, en Carrefour Express, tienes
todas las ventajas de las naves industriales Carrefour, esto es, su
precio, pero en el centro de la ciudad. ¿Significa que con Carrefour
Express Carrefour ha perdido su esencia? Pues sí, pero como a todo
el mundo se la suda tampoco lo paso mal ni nada.
Amazon, ya ves, es un gigante del
comercio on line y ahora va a poner tiendas físicas. Y la gente, en
vez de llevarse las manos a la cabeza por haber roto el concepto de
forma tan flagrante, lo celebra. Hay que reconocer que el rebaño
también tiene sus cosas buenas, como no atender a razones ni al buen
gusto.
Si tienes la suerte de pasar una
temporada viviendo como una oveja más aprenderás muchas cosas.
Aprenderás a centrarte en lo único crucial, la supervivencia. De
repente los gusanos de ser bichos asquerosos pasan a ser tu cena. Lo
que antes era intocable ahora no es que sea tocable, es que es
magreable. Antes ni se nos pasaba por la cabeza tocar la sanidad
pública. Ahora, felizmente, hemos roto ese tabú. Ahora todo lo que
cuenta son los bancos, que alguien dijo que eran el motor de la
economía y se le creyó.
Yo pensaba que el que movía la
economía era yo, ya ves, metiendo mi dinero en los bancos. Pero
ahora resulta que no, que los bancos pueden vivir sin mi
perfectamente. Es como esa relación en la que crees que tienes todo
bajo control pero te están poniendo los cuernos. Lo malo es la
humillación, lo bueno es que ahora tú tienes permiso moral para
poner los cuernos también.
Cuando eso pasa ya puedes llamar a
Margarita, que siempre te echó los trastos pero entre que era feilla
y tenías novia siempre pasaste un poco de ella. Pero como ahora
ancha es Castilla puedes ir a su casa a echarle la leche y encima no
sentirte culpable. La Crisis ha sido una buena cosa porque todos
hemos hecho tropelías indignas en tiempos de paz.
Hemos de dar las gracias a la Crisis
porque ahora podremos contarles a nuestros nietos historias
fascinantes. Si no hubiera habido Crisis todo lo que les podrías
contar es que una vez te ibas a comprar una ensalada César en
Carrefour Express y resulta que te equivocaste y te la pillaste
Mediterránea.
Además, dando las gracias a las cosas
sus efectos nocivos desaparecen y te olvidas de ellas antes. Así que
todos a dar gracias a la Crisis. Es una orden.