jueves, 30 de marzo de 2017

Carrefour Express

Aquí es donde los niños hipsters compran su ensalada, antes de ir a casa a ver Netflix y después de salir de su profesión liberal a las diez de la noche.


Yo también he hecho esas cosas, claro que sí, pero cuando los hipsters no existían. Éramos tres o cuatro y ni nos habíamos molestado en ponernos nombre. Luego alguien vino con lo de “hipster”, pero nosotros ya estábamos en otra historia.

Aquí, en Carrefour Express, tienes todas las ventajas de las naves industriales Carrefour, esto es, su precio, pero en el centro de la ciudad. ¿Significa que con Carrefour Express Carrefour ha perdido su esencia? Pues sí, pero como a todo el mundo se la suda tampoco lo paso mal ni nada.


Amazon, ya ves, es un gigante del comercio on line y ahora va a poner tiendas físicas. Y la gente, en vez de llevarse las manos a la cabeza por haber roto el concepto de forma tan flagrante, lo celebra. Hay que reconocer que el rebaño también tiene sus cosas buenas, como no atender a razones ni al buen gusto.

Si tienes la suerte de pasar una temporada viviendo como una oveja más aprenderás muchas cosas. Aprenderás a centrarte en lo único crucial, la supervivencia. De repente los gusanos de ser bichos asquerosos pasan a ser tu cena. Lo que antes era intocable ahora no es que sea tocable, es que es magreable. Antes ni se nos pasaba por la cabeza tocar la sanidad pública. Ahora, felizmente, hemos roto ese tabú. Ahora todo lo que cuenta son los bancos, que alguien dijo que eran el motor de la economía y se le creyó.


Yo pensaba que el que movía la economía era yo, ya ves, metiendo mi dinero en los bancos. Pero ahora resulta que no, que los bancos pueden vivir sin mi perfectamente. Es como esa relación en la que crees que tienes todo bajo control pero te están poniendo los cuernos. Lo malo es la humillación, lo bueno es que ahora tú tienes permiso moral para poner los cuernos también.

Cuando eso pasa ya puedes llamar a Margarita, que siempre te echó los trastos pero entre que era feilla y tenías novia siempre pasaste un poco de ella. Pero como ahora ancha es Castilla puedes ir a su casa a echarle la leche y encima no sentirte culpable. La Crisis ha sido una buena cosa porque todos hemos hecho tropelías indignas en tiempos de paz.


Hemos de dar las gracias a la Crisis porque ahora podremos contarles a nuestros nietos historias fascinantes. Si no hubiera habido Crisis todo lo que les podrías contar es que una vez te ibas a comprar una ensalada César en Carrefour Express y resulta que te equivocaste y te la pillaste Mediterránea.

Además, dando las gracias a las cosas sus efectos nocivos desaparecen y te olvidas de ellas antes. Así que todos a dar gracias a la Crisis. Es una orden.