El Corte Inglés está haciendo unos
anuncios muy buenos. Sencillos, propios de unos grandes almacenes de
solera. Sencillo, no casposo. Hay una diferencia crucial.
El estribillo de “Quiéreteme”
funciona, lo mismo que funciona el personaje de McLovin en
Supersalidos. Cómo reconforta a este viejo corazón ver que la
sencillez se aprecia como una virtud.
Podrían ser imbéciles y contratar a
un tipo horrible con una camiseta de los Fraggle, como la gente de
Telefónica, otra empresa muy importante de España, para hacernos
creer que son guays cuando no lo son ni por asomo. El Corte Inglés
no huye de su ADN pureta sino que lo pone en la batidora y consigue
así algo único.
El tipo de la camiseta de los Fraggle
es para hacerse una camiseta con él. Una camiseta de él con la
camiseta de los Fraggle en la keynote de La Cuarta Plataforma. Quizás
me la regale por mi cumpleaños.
Telefónica es tu cuñao, un pardillo
que quiere hacerse pasar por enrollado. El Corte Inglés es tu padre,
que le da una hostia a tu cuñao cuando rompe una copa de champán
brindando en Nochebuena.
La aparición del tipo de la camiseta
de Los Fraggle en los medios ha hecho que me ardan los ojos. Me
pregunto si él será consciente de que su papel en esa empresa es
ser pura impostura. Si lo sabe es un genio. Si no es un ser ridículo.
Pensaba que íbamos a hablar de El
Corte Inglés, pero ese tío me ha insultado tanto que, ya ves, no
puedo hablar de otra cosa.
¡Tío, estás en una keynote de
Telefónica! ¡Ponte traje! ¡Y si quieres hacerte el enrollado ponte
una camiseta de algo menos sobado que Los Fraggle, no sé!
Esa es la clave: el molón verdadero
jamás se dejaría ver en público con una camiseta de Los Fraggle
después de 1999. El molón falso se enteró de que Los Fraggle molan
en 2009. Sabiendo estos pequeños detalles puedes ahorrarte
infumables presentaciones de hora y media: ese tío es un farsante.
Siguiente punto del día.