martes, 21 de marzo de 2017

El niño gusano

Para ser otaku tienes que leer al revés. De derecha a izquierda. ¡Qué cosa más rara!


Conducir por la izquierda también es una cosa rarísima, y sin embargo hay gente en el mundo que lo hace.

Conociendo estos datos se acabaron las excusas para sentirte raro. Hay gente en el mundo mucho más rara que tú. Estoy seguro que existen japoneses que viven en Londres. O sea, qué fíjate a qué niveles de rarez se llega por ahí. Y tú creyendo que eres especialito. ¡Qué ingenuo!


En estos tiempos ser friki es una cosa muy valorada, pero antes era una cosa malísima. Antes los frikis sabíamos que éramos superiores a los demás, pero los demás no tenían ni idea. Hoy basta con pasearte por LinkedIn para entender que, al menos de forma superficial, ser friki es una cosa muy apreciada por CEOs de todo el mundo.

Así que hoy en día ir por la vida sintiéndote como mal por “ser diferente” es de una soberbia insultante. Deberías estar dando palmas con las orejas. Sin embargo prefieres ir cabizbajo por la calle, como si dentro de ti llevases un tesoro muy especial que nadie más entiende. ¡Anda, hombre! ¡Si lo entiende todo el mundo! No fastidies.


Como la base de la que partías es un camelo es hora de que te afeites. Ser friki hoy en día es tan común como los dentistas.

Ah, que puede que seas un friki falso. ¡Esto no va para ti! Tú eres un pijo que quiere hacerse el interesante. El mundo no tiene la vista puesta sobre ti.


Ser un friki falso es una ofensa muy grave para los frikis verdaderos. Es como querer llevar la fama sin cardar la lana. No nos gusta nada y podemos crear un sistema nuclear para eliminarte, si te pasas de friki de palo.

Ser friki no se estudia, se nace y se desarrolla. ¡Cómo nos ofendes, friki falso! ¡Cómo nos ofendes!