Para ser otaku tienes que leer al
revés. De derecha a izquierda. ¡Qué cosa más rara!
Conducir por la izquierda también es
una cosa rarísima, y sin embargo hay gente en el mundo que lo hace.
Conociendo estos datos se acabaron las
excusas para sentirte raro. Hay gente en el mundo mucho más rara que
tú. Estoy seguro que existen japoneses que viven en Londres. O sea,
qué fíjate a qué niveles de rarez se llega por ahí. Y tú
creyendo que eres especialito. ¡Qué ingenuo!
En estos tiempos ser friki es una cosa
muy valorada, pero antes era una cosa malísima. Antes los frikis
sabíamos que éramos superiores a los demás, pero los demás no
tenían ni idea. Hoy basta con pasearte por LinkedIn para entender
que, al menos de forma superficial, ser friki es una cosa muy
apreciada por CEOs de todo el mundo.
Así que hoy en día ir por la vida
sintiéndote como mal por “ser diferente” es de una soberbia
insultante. Deberías estar dando palmas con las orejas. Sin embargo
prefieres ir cabizbajo por la calle, como si dentro de ti llevases un
tesoro muy especial que nadie más entiende. ¡Anda, hombre! ¡Si lo
entiende todo el mundo! No fastidies.
Como la base de la que partías es un
camelo es hora de que te afeites. Ser friki hoy en día es tan común
como los dentistas.
Ah, que puede que seas un friki falso.
¡Esto no va para ti! Tú eres un pijo que quiere hacerse el
interesante. El mundo no tiene la vista puesta sobre ti.
Ser un friki falso es una ofensa muy
grave para los frikis verdaderos. Es como querer llevar la fama sin
cardar la lana. No nos gusta nada y podemos crear un sistema nuclear
para eliminarte, si te pasas de friki de palo.
Ser friki no se estudia, se nace y se
desarrolla. ¡Cómo nos ofendes, friki falso! ¡Cómo nos ofendes!