jueves, 4 de mayo de 2017

Alvin y Las Ardillas

Igual te piensas que esta peli es una mierda. Pues no, está muy bien. Muy divertida e invita al revisionado, facultad que exijo al valorar el cine.


Si no fuera buena no la habría protagonizado Jason Lee, que según los extras de Me Llamo Earl tiene mucho cuidado al elegir sus proyectos.

Jason Lee es el protagonista de Mallrats y es habitual en los trabajos de Kevin Smith. Jason Lee es un rollo Smashing Pumpkins, no hace cualquier mierda descerebrada. Si hace un trabajo comercial ha de tener calidad.


Un amigo con el que compartí no uno sino dos trabajos era clavadito a Jason Lee. No es mala cosa porque Jason Lee es guapete. Parecerse a Jason Lee está bien.

Ser de la pandilla de Kevin Smith es análogo a ser de la pandilla de Ben Stiller o Joaquín Reyes. ¿Es políticamente correcto llamar a Los Chanantes “la pandilla de Joaquín Reyes”? Esperemos que sangrante, por lo menos, no sea.


Jason Lee sería como Ernesto Sevilla, el guapo de la panda de frikis. Ser el guapo de la pandilla de frikis es cojonudo porque eres inteligente pero no un pedo cebollero, como le pasa a mucha gente inteligente. Ernesto Sevilla es el novio, hasta donde sé, de Patricia Conde, otra mujer guapa e inteligente a la vez. No sé si los polos opuestos se atraen, pero los similares está claro que sí.

Ser indie y guapo te da la opción de combinar proyectos comerciales con otros independientes, como Ernesto Sevilla con La que se avecina y Jason Lee con esta Alvin y Las Ardillas.


Sin embargo como eres guapo siempre vas a parecer más tonto que Joaquín Reyes, porque como él es feo parece más inteligente. Digamos que es un inteligente puro, mientras que Ernesto Sevilla es mezcla. ¿Será esto cierto o será mera imagen de marca? ¡Quién sabe! Yo, como todo el mundo, hablo sin molestarme en comprobar los hechos en profundidad.

Lo guay-guay sería que Ernesto Sevilla, amén de guapo, fuese el genio de la pareja. Pero eso dejaría al pobre Joaquín Reyes como un feo que tampoco es tan-tan inteligente. ¡Uf, qué palo! Pasando de pensar eso. Mejor dejemos las cosas en un confortable equilibrio, aunque pueda ser superficial.