Lo bueno de tener criterio es que estás
por encima de todo. Si no tienes criterio tienes que pagar precios
desorbitados por películas que no sabes ni siquiera si te gustan o
no, porque no tienes criterio. Vas donde va Vicente.
Mi caso es diferente. Yo puedo elegir
Space Buddies por 1 € porque sé que está suficientemente bien. Es
una joyita discreta pero encantadora del cine infantil y merece mucho
la pena tenerla en tu videoteca. Pero como no tienes criterio tú
esto no lo sabes.
No digo que mi criterio sea el
definitivo. O sí, pero eso no significa que tú no puedas tener el
tuyo. Aunque yo tenga un Lamborghini tú puedes tener un Ford Focus
perfectamente y no tienes que avergonzarte ni una pizca.
A ver si ahora todos vamos a tener que
ser cojonudos. Nada de eso. Aquí hay sitio para todos, porque en la
práctica yo tengo que pararme cuando haya un semáforo en rojo,
lleve el coche que lleve. De no ser así igual me ponen una multa,
conduzca el coche que conduzca.
Igual te vacilo un poco de coche cuando
estemos los dos parados ante el mismo disco rojo, pero tampoco te
vayas a sentir supermal ahora. ¿No somos amigos? Pues los amigos se
vacilan. La amistad está por encima del modelo de buga.
Lo bueno de que haya normas para todos
es que nadie puede abusar de lo que tiene. En tu casa haz lo que
quieras, como si te quieres disfrazar de guardia civil y hacer que tu
mujer te sople en el pene, como Antonio Recio. Pero en sociedad no
podemos ir de guay, aunque nos apetezca.
La sociedad civil es un invento
cojonudo porque nos ofrece un marco justo para el desarrollo
universal. Si te crees que tú estás por encima de la sociedad civil
serás expulsado de ella y allá te las compongas, salado.
Space Buddies va de unos perritos que
hablan que son lanzados al espacio a completar una misión y tal. Una
película de astronautas pero con la gracia de que los astronautas
son perritos que hablan. ¿Se te ocurre algo más encantador?
Y todo por una monedita de euro. No sé,
es que me gusto como mucho. No te enfades ahora.