sábado, 6 de mayo de 2017

El fantasma de Canterville

No recuerdo muy bien este libro, pero lo que sí conozco es mucho fantasma. Cómo he hilado la cuestión, ¿eh? Son muchos años.


Como ya te habrás dado cuenta, los temas de los que hablo no tienen importancia alguna. Aquí el protagonista soy yo y sólo yo. Hago como que te quiero hacer una review de una cosa pero lo que en realidad quiero es darte la brasa con mis cosas. ¡Pareces mi mujer!

Te hago como mimos a ver si tienes la cortesía de escucharme un poquito. Ese es mi rollo. El de todo el mundo, no te engañes. Todos somos así.


¿Existe algún tema más profundo e inacabable que nosotros mismos? No, por eso es el tema que he elegido yo. Para que me dure muchos años.

Bajo tu capa exterior yace otra más profunda. Y, bajo esta, otra más profunda todavía. Así hasta que llegues a la esencia última del universo. Y cuando llegues a esta volverás a la primera capa exterior pero enriquecido por todo lo que has aprendido en el viaje. Por lo tanto si quieres un concepto de recorrido te aconsejo que te elijas a ti mismo. Igual te llaman vanidoso o, en el peor de los casos, millennial. Pero cuando te lo llamen recuerda que yo te doy mi aprobado.


¿Tu mujer no para de hablar? ¡Buena cosa! Eso significa que tienes diversión para rato. Significa que tu mujer es un ser complejo y maravilloso que sólo quiere expresarse cual flor booming.

Por otro lado, puede que tú no tengas ganas de escucharla cada vez que quiere florecer. En tal caso te aconsejo que te aguantes, a ver si se va a buscar a otro que tenga más paciencia.


Y por otro lado más todavía, no puedes dejarla hablar sin sentido, sin colocarle un palito para que trepe, como a un haba. Tienes que proporcionarle una estructura a la chica.

¿Ves como el tema más profundo que hay somos nosotros mismos? Espero que Google tenga espacio suficiente en sus servidores para todo lo que tengo que decir.