Hoy hablaremos de una marca
especialmente chacha. Es la marca de aquel que se depila el pecho
como si esto fuese 1999. Hablamos, como ya habrás adivinado, de Jack
& Jones.
Cuando yo iba al psicólogo atormentado
por una novia que era tonta y encantadora a la vez (por eso era mi
novia) recuerdo leer una revista en la sala de espera en la que se
hablaba del fenómeno metrosexual. ¡Qué tiempos! Me estoy poniendo
todo tierno.
En aquella revista se hablaba de que el
hombre macho había muerto, de que ahora lo que se llevaba era el
hombre que no negaba su sensibilidad. Así que, desde ese día,
llevar una americana amarilla dejaba de ser de maricones y pasaba a
ser algo propio de George Clooney.
Aquella semilla fue la que engendró a
Jack & Jones. De un plumazo, los bakalas pasaron de pegarle
palizas a sus novias a depilarse las piernas. Este nuevo bakala
necesitaba una marca que expresase que a pesar de no tener siquiera
la E.G.B. era una persona sensible y delicada. Y este nuevo bakala
empezó a vestirse de Jack & Jones.
Es cierto que así contado Jack &
Jones enternece. Por supuesto que sí. Pero, aún con todo, no soy
capaz de embutirme una camiseta de esta marca. Tiene unos valores que
hacen que mi energía super saiyan se agite y la rechace. Qué le
vamos a hacer.
Ha llovido mucho desde aquello. El
metrosexual mutó en hipster y el hipster mutó en panadero. ¿Os
imagináis en 1999 que el top de lo cool algún día sería ser
panadero? Para que veáis que el estudio de las tendencias es como
estudiar las propiedades del plutonio.
Hay que tener mucho cuidado al estudiar
las tendencias: si las tocas con demasiada ligereza pueden explotar y
llenarte la cara de ácido, convirtiéndote en el sicario aquel de
Robocop.
Sin embargo si las observas sin
tocarlas pueden ofrecerte información valiosísima para moverte en
el mundo. ¿Nunca os ha llamado la atención que los amantes de las
mariposas las cacen y las claven con un alfiler en un corcho? A mi
muchísimo.
Si amas algo has de dejarlo en
libertad. Si tu amor es lo suficientemente potente entenderás que
poseerlo lo destruirá. Supongo que eso es lo que tenía que haber
entendido de mi novia. ¿Y para esto me dejaba tanto dinero en el
psicólogo?