viernes, 5 de mayo de 2017

Kia Opirus

Si has de pillarte una berlina te recomiendo que te hagas con un Kia Opirus, si es que esta puta basura sigue a la venta.


Pillarse una berlina Kia es como pillarse un deportivo Hyundai: algo tan de macarra de los coches de choque que rompe el molonómetro.

El Opirus suena como a opíparo, como a opulento. El naming, como sabéis, es una de las ciencias trash más fascinantes.


Si miras dentro del Kia Opirus encontrarás maderas innobles, que probablemente son contrachapado, eso tan loser y a la vez tan desparramadamente cool. A la vez, verás que tiene un cambio de marchas automático, para que creas que eres Michael Knight cuando eres el más tonto de los tontos.

Si yo tuviera un Opirus lo llenaría de pegatinas y cosas que resaltasen su naturaleza patética en vez de esconderla. Sin embargo para que yo me haga con un Opirus los astros se han de alinear de una manera tan majestuosa que no sé si llegaréis a verlo. Quizás vuestros nietos.


¿Hay algo más guay que presumir de indocumentado que te cagas? Pocas cosas. Que se lo pregunten a Paco Clavel.

Yo, si coleccionase coches, los coleccionaría de este tipo. Tendría un Opirus, un Hyundai Coupe, un Smart Forfour... La creme de la creme de lo bajo entre lo más bajo.


Lo encantador de todo esto es que el propietario del Kia Opirus no se da cuenta de todo esto que digo. Y es así cómo la magia trash alcanza su orgasmo.

Os estoy explicando cosas así como de mucho nivel.