lunes, 8 de mayo de 2017

Ceys Super Unick

¿Recordáis cuando el pegamento era Supergen y ya está? Luego llegó el Super Glue y se jodió todo.


Supergen era un pegamento que podía tocarte la piel. No era corrosivo como el ácido. Con Supergen podías hacer manualidades a ritmo de jazz porque si te manchabas con él las manos te las frotabas, salían pelotillas naranjas y ese era todo el negocio que había que hacer.

Sin embargo llegó Super Glue con su grandilocuencia. ¡Lo pega todo! ¡Todo! Eso sí, a cambio de que como te toque una gota la punta del dedo se te queda dormido una hora. Yo prefiero pegar menos pero vivir tranquilo.


Si no manejo maquinaria pesada. Si, de verdad, de lo que yo hago no dependen las vidas de personas. Yo sólo quiero pegarle un papel a este cilindro de cartón. ¿Por qué ahora el top es Super Glue? ¿Qué nos creemos que traemos entre manos?

Para más inri, Supergen lo podías esnifar. Si esnifas Super Glue igual te da un pallá. Tú esnifa, esnifa Super Glue. Ya verás qué bien te va a ir...


Abdico de forma unilateral de Super Glue y todo lo que este supone.

Super Glue es para gente siniestra que ha olvidado el placer de mancharse las manos sin que eso sea la hecatombe. Super Glue es para el que pudo ser y no fue.


Poder haber sido y no ser tiene pinta de ser destructivo. Como un gusano que devora tu aurícula recordándote que, de haber hecho las cosas bien, ahora serías otra persona. ¡Tiemblo! ¡Me estremezco!

Ya me dirás tú cómo alivias esa sensación. Ni esnifando plutonio.