El Salón Erótico de Madrid siempre
tira de controversia política en su publicidad. El año pasado me
suena que denunciaba la hipocresía de los que condenan la
pornografía en público y la consumen en privado.
Yo confieso como un preso torturado de
Guantánamo, básicamente, por divertirme. Andar calla-calla-calla es
un coñazo y yo si estoy en esta vida es para divertirme.
El Salón Erótico de Madrid este año
nos presenta a un actor caracterizado de Mariano Rajoy que espeta “Te
vamos a f@llar”.
La @ puede leerse como una a ó una o, así que puedes leer fallar o
follar; ambas cosas parece que te las puede hacer el PP, si no andas
con cuidadín sexuarl.
Me parece muy bien que se puedan volver
a decir cosas que uno piensa sin miedo a que te caiga encima la de
San Quintín, porque ese rollo un rato bueno pero constantemente no
es plan. Así uno se convierte en Darth Vader, y ya todos sabemos
cómo era Darth Vader detrás de su máscara: un viejo piojoso que
daba pena verlo.
Jugar a la mafia es divertido,
naturalmente que sí, pero como proyecto de vida me parece una
cagada. Ya puedes sacar rédito económico al rollo mafia para que
compense.
¿Para qué quieres tener familia y
amigos si no puedes decirles que piensas esto o lo otro? Para eso es
mejor rodearte de coloridas figuras de acción, como hago yo, porque
son tan inertes como tus familiares y amigos mafiosos pero por lo
menos están adornadas de vivos colores.
El rollo mafia es un juego de niños, y
como todos los juegos de niños es encantador. Pero, como todos los
juegos de niños, tiene un recorrido limitado. Por eso son mejores
los juegos de adultos, los que puedes encontrar en el Salón Erótico
de Madrid.
¡Cambio todas mis figuritas vintage de
Masters del Universo por una gota de lo que hay en el Salón Erótico
de Madrid! ¿Hay trato?
Ten en cuenta que mis figuritas de
acción tienen un alto valor económico si esperas el tiempo
suficiente. Eso sí, mientras se revalorizan te tienes que matar a
pajas. No te quiero engañar, esto del coleccionismo tiene también
su lado coñazo.