jueves, 4 de mayo de 2017

Street Fighter La Última Batalla

Puede que pienses que esta peli es chunga, y es cierto, pero esa no es la cuestión. La cuestión es que es una película de Street Fighter protagonizada por Jean-Claude Van Damme y Raul Julia.


Las películas de videojuegos son una serie B maravillosa. Ninguna película basada en un videojuego mola en su estreno porque decepciona sí o sí. Es imposible trasladar la magia de un videojuego a una película, hay que reinterpretarlo. Y en esa reinterpretación dejas de lado la magia de la obra original, porque no se puede hacer de otra manera, y metes la tuya de cineasta.

Como eso a un niño fan del videojuego en cuestión se la suda sobremanera va a salir del cine echando sapos por la boca, porque él entró a ver a Super Mario dando saltos y se encuentra con una loca fantasía cyberpunk. Pero cuando pasen los años, bastantes, dirá “Pues hay que reconocer que llevar a la pantalla a Super Mario es muy difícil y se inventaron una historia muy sólida, tiene mucho mérito”. Ese es el arte más alto, el que te das cuenta de que lo es varios años después.


Complacer a las masas se llama economía de consumo. Retarlas se llama arte.

Complacer a tu novia se llama ser un calzonazos. Volverla loca se llama ser un amante genial.


Si le dices a tu novia a todo que sí va a acabar aburrida, porque para eso se compra un perro y adiós muy buenas. Pero si la llamas “chocho” o “coñito” con desprecio y a la vez cariño nunca será capaz de olvidarse de ti. Nunca.

El motivo es que las relaciones de pareja se basan en el primer chakra, el de la polla y el coño. Y la polla y el coño siguen unas reglas singulares, casi opuestas a las del cerebro.


Por tanto si quieres que tu novia te quiera tienes que tratarla como a una puta, porque es lo que es.

Y por el mismo motivo Street Fighter La Última Batalla mola aunque todo te diga que no mola.