Este disco se llama así, Chenoa. Debe
ser el primero, el disco que presenta a ese ente difuso llamado
Chenoa. Además, lo edita Vale Music, la gente que apoyaba OT el
primer año. No sé cómo están las cosas ahora.
Chenoa se llevó el corazón roto de su
relación con David Bisbal. Ella, que es tan delicada, no pudo
soportar que el rizos la mandara a tomar por culo. El rizos no andaba
con hostias: el rizos quería triunfar a machete y Chenoa resultaba
un estorbo para sus planes. Así que el rizos mandó a tomar por culo
a Chenoa.
Chenoa, que pone el amor por encima del
éxito profesional, diga lo que diga, pues esto le sentó fatal.
¡Pero este chico está orate! ¿No se da cuenta que el camino que
pretende recorrer, si no estoy a su lado, está yermo? Puede que
llegue al final, pero en ese momento se dará cuenta de que no me
tiene consigo y entrará en depresión.
David, que es un poco tonto, no contó
con eso, la verdad. David se equivocó en su decisión. Sin Chenoa su
éxito no vale de nada, es un cascarón vacío. Y tendrá que
venderlo para comprarle flores a Chenoa, que muchas flores le tendrá
que mandar para que se le pase el enfado.
No se puede vender una parte del coche
para comprar otra. Si tienes coche pero no gasolina estás jodido, y
viceversa. La gasolina, si no le das un uso, no sirve para nada.
Pero Chenoa no se rinde y aparece en
las promos de ese nuevo canal, #0, ese que nadie ve. Ese que lo tiene
todo y, a la vez, absolutamente nada. Ese que es el cascarón
perfecto absolutamente vacío, como un huevo de Fabergé.
David ha sacado una canción nueva, un
canto al optimismo. Está bien, pero no es Ave María, ¿cuándo
serás mía? Si me quisieras, todo te daría, a iá. Ahora dice que,
antes que no, prefiere decir que sí. No como nosotros, los
podemitas, que sólo decimos no, no, no, no y mil veces no.
Y mientras tanto Chenoa esperando
sentada, amando a ese chico de rizos no tan sofisticado como ella
pero que le da marcha.
¡Ah, Chenoa! ¡Qué tonto es! No sabe
apreciarte.