domingo, 30 de octubre de 2016

Pau Casals Concierto en la Casa Blanca


¿Quién es este tío? ¡Yo no lo sé! Pero suena como a catalino respetable. Como a señor que toca muy bien un instrumento pero lo saben cuatro, los cuatro que sepan de este tipo de cosas.


Seguro que es un tío muy importante, porque para dar un concierto en la Casa Blanca hay que ser un tío así bien. El Presidente de los Estados Unidos no llama a cualquiera, tengo entendido. Vamos, digo yo que será esa Casa Blanca la que sale en este disco, no creo que sea una Casa Blanca de aquí, la Casa Blanca de El Retiro o algo de eso. Si no ya no es lo mismo. En El Retiro da un concierto cualquiera.

Por la portada se conoce que este tío toca el violonchelo. Me parece que ese violín grande se llama violonchelo. Tampoco me hagas mucho caso. Viola creo que no es, viola lo tengo oído como menos. Ni idea lo que es una viola, la verdad. Otra variedad de violín, será. La gente que inventó los instrumentos clásicos se quedó a gusto, inventó un montón de ellos parecidos que sólo se diferencian en tamaño.


Trompeta, trompa, trombón. ¡Joder! Piano, pianola. ¿No valía con uno solo? ¿Tan poca inventiva tenían que tenían que tirar de un invento previo? En vez de tener trompeta, trompa y trombón podíamos tener tres instrumentos completamente distintos, cada uno con su propia entidad, pero en vez de eso tenemos la trompeta y dos Poochies.

Está claro que la falta de inventiva no es una cosa de ahora, los humanos llevan copiándose unos a otros desde hace siglos. Yo, francamente, si ya existe la trompeta no me atrevo a llegar con que yo he inventado el trombón. ¿Con qué cara defiendo yo eso? ¿Cómo es el invento que has inventado, Juan? Pues es parecido a una trompeta pero así más grande, con lo cual hace un sonido SUSTANCIALMENTE distinto. ¡Vaya con Juan!


Tío, para eso quédate en tu casa. Ya está la trompeta, no necesitamos más versiones de ella. Si no tienes nada que ofrecer casi mejor que no ofrezcas nada, por respeto a la comunidad musical. No digas “ay, que me pilla el toro” y hagas una trompeta modificada, eso es una cagada.

Pero vamos, que si no te da la cabeza no te da, está claro. Al inventor de la trompeta le va a dar igual, la trompeta siempre será la trompeta, la original, la que va a pedir todo el mundo cuando llegue a la tienda de instrumentos musicales, el top of mind.


Tú serás ese tío que inventó el trombón, el número dos, el que nadie recuerda. La Turbografx-16 de los instrumentos musicales. Aquel del que serán fans los chicos que se hayan sentido maltratados, ninguneados, porque de ellos nadie se acuerda, como del inventor del trombón. Un inventor de culto, eso sí. Ese que simbolizará la injusticia del mundo.

¡Más injusticia me parece copiar la trompeta y quedarte tan ancho! Pero bueno, como no te da la cabeza, como tu coco es cacoso, pues te lo tendré que pasar. Te miraré con pena y ya está. Que es como te mirará todo el mundo, no te engañes. Pero, oye, que tú estabas empeñado en ser inventor. Tenías todas las ganas pero ningún talento. Pues nada, tuviste que inventar el trombón. Valiente mierda, amigo.