Este disco por la portada parece un
recopilatorio, pero no conozco una sola de las canciones que vienen.
Así que me imagino que no lo será.
Este disco me lo compré en una
gasolinera. Las gasolineras son paraísos para el consumidor de
objetos insólitos. Ahí puedes encontrar auténticas rarezas que en
la ciudad no las vas a encontrar.
En gasolineras he encontrado juegos de
360 y de DS que te cagas en las bragas. Ahí los tienen, sin darles
importancia, sin darse cuenta de las joyas que poseen, o sin querer
dársela, porque son así de vanidosos.
Entrar en una gasolinera es toda una
aventura. Nunca sabes lo que te vas a encontrar. En unas tienen
productos típicos de la zona y en otras no. Algunas tienen
distribuidoras que les traen productos de Grefusa y otras no. Algunas
tienen bazar, además de la zona de alimentación, y otras no. En
algunas te sientes amenazado, de alguna manera, y en otras no.
En las gasolineras tienen precios
distintos en la gasolina. En algunas está más barata y en otras
está más cara. Sólo tu pericia o tu suerte harán que compres la
gasolina más cara o más barata. De elegir una u otra dependerá que
ahorres tus buenos 5 euros por un repostaje.
Lo fácil es meterse en la de Repsol,
que se parecerá a la que tienes en la esquina de tu casa en Madrid y
será un rollo estar en ella, porque ya conoces lo que hay en las
gasolineras Repsol. Lo interesante será meterse en una Galp o algo
así, porque ahí las normas son otras y el espíritu de la aventura
es lo que te ha lanzado a la carretera, así que si te metes en una
Repsol serás un gallina, y si te metes en una Galp serás un
valiente.
Puedes elegir autopista de peaje o
esquivarlo por la nacional. Por la nacional subes cuestas, ves
paisaje y te vienen coches de frente. Por la autopista pagas diez
euros, no ves paisaje y no vienen coches de frente.
La carretera es una aventura, y si no
te la tomas como tal no sé para qué coges el coche. Una aventura es
para hacer cosas que no haces en casa, porque para eso ya tienes tu
casa. Tu casa es el mejor sitio donde estar, pero no pasan cosas
inusitadas. Y un hombre ha de explorar, ha de descubrir cosas
inusitadas para hacerse un hombre.
Si te pillas un chochín a las primeras
de cambio y haces un nidito de amor pocas cosas le vas a poder
ofrecer a tu chochín, porque no has vivido, porque no te has hecho
un hombre. Y a los chochines les gustan los hombres, creo.