Cuando buscas gomas elásticas por casa
nunca las encuentras. Así que he decidido comprar este paquete, para
que eso no me vuelva a pasar nunca más.
Como condones ya no uso, no porque
folle a pelo, sino porque no follo ni pagando, pues no está de más
esto de tener gomas. Así me recuerdan que una vez, un día, mojaba
el churro de vez en cuando. Es como Mr. Increíble cuando mira sus
medallas de antaño, colgadas en la pared. ¡Ah, sí, aquellos eran
los buenos tiempos! Ahora estoy aquí con mi puta mujer y mis putos
niñazos. Soy un calzonazos, pero eso no fue siempre así.
El compromiso es una cosa que a nuestra
generación nos da mucha urticaria, pero es crucial para montar una
vida feliz. Por alguna razón que ahora no recuerdo, nosotros
crecimos pensando que la felicidad está en la infancia. Que todo lo
que pase a partir de entonces es un precio que no estamos dispuestos
a pagar. Así que todos pensamos, como una inteligencia colectiva,
que la infancia nadie nos la iba a arrancar de las manos.
Nos compramos camisetas de dibujos
animados. Nos pusimos vaqueros cagones, de esos que se te caen y
dejan ver los calzoncillos. Montamos vidas con una estructura ligera,
o más bien sin estructura alguna. Las estructuras heredadas por
nuestros padres no nos satisfacían porque vivir en ellas significaba
renunciar a nosotros mismos. Así que despreciamos las estructuras,
en cualquiera de sus formas.
Lamentablemente para nosotros, las
habas necesitan un palito para trepar por él y desarrollarse. Puede
que las estructuras heredadas de nuestros padres no nos sirviesen, ya
que ahogaban la creatividad en vez de permitirla florecer, pero las
estructuras son necesarias. Pueden ser más modernas, no monolíticas,
hechas con flexibles materiales modernos, incluso transparentes, para
que no se vean. Pero las estructuras son necesarias.
Para eso de montar estructuras es
crucial el compromiso. Si todo lo que tienes en mente es pasarte la
vida comiendo tostas de Nocilla mientras ves los dibujos, cuya
versión moderna es comer ensaladas viendo Netflix, me temo que
tienes un problema de compromiso. ¿Para qué diablos sirves tú? ¿De
verdad crees que puedo apoyarme en ti? Me temo que no tienes fuerza
suficiente para soportar una situación no prevista. Me temo que
cuando un día venga con un problema tú te vas a hacer el loco y te
vas a escabullir, para irte a comer ensalada y ver Netflix a otra
parte, porque Netflix lo puedes tener en varios televisores.
Sólo necesitas otro televisor. El que
sobra en tu vida soy yo.
El compromiso es el cemento de una
estructura de cualquier tipo, sea familiar, social o empresarial. El
compromiso sirve para saber que esa viga que está ahí mañana
estará también, no se habrá escabullido porque el peso de la
estructura es demasiado para ella. Sirve para tener confianza, esa
tan necesaria para emprender cualquier asunto. Si no tienes apoyos,
por mucho que sea el grosor de la viga que eres, te resultará
complicado cumplir tu función de viga maestra.
Evidentemente no tienes que
comprometerte con cualquier gilipollez. Si te proponen un negocio que
tiene mala pinta no te comprometas, subnormal. No estamos hablando de
trileros. Estamos hablando de personas normales.
Sea como sea, es importante que te
rodees de personas de cierta solidez, que no estén pensando única y
exclusivamente en su ombligo. Por desgracia mi generación tiene un
déficit de ombliguismo y todavía no está saciado. Tienes que
mirarte el ombligo hasta que sea necesario, mirarse el ombligo
también tiene un sentido. Si no te miras el ombligo durante un
tiempo no serás un hombre o mujer completo, o completa, porque
tendrás necesidades sin saciar. No puedes fingir que compromiso es
todo lo que necesitas tú y, cualquier día, explotar porque he usado
tu taza favorita.
Pero no, querido amigo, la vida no
acaba en tu ombligo. Ahí termina tu preparación para la vida.
Cuando estés bastante satisfecho con quién eres puedes dar el
siguiente paso y empezar a servir como parte de la estructura que
formarás, quizás, con los demás.
Pero claro, tampoco puedes pasar
absolutamente de quién eres para formar parte de una estructura a
ciegas. Porque si no cuidas de ti no podrás cuidar de los demás.
Yo no digo que sea fácil. Digo que la
manera de hacer las cosas es esta y nada más que esta. Punto final.