Pasar una semana en el motor de un
autobús debe ser una cosa bien jodida. Tienes que tragar mucho humo
y eso. Y el aceite, y el ruido, buf, debe ser una cosa horrible.
Pasar una semana en el motor de un
autobús, de todos modos, es una experiencia enriquecedora. Sabes lo
que nadie sabe, estar una semana en el motor de un autobús. No es
ninguna broma. Yo si fuese maestro budista mandaría a mis alumnos
estar una semana en el motor de un autobús, lo mismo que los
musulmanes mandan hacer el ramadán para que la gente se ponga en la
piel de los más desfavorecidos.
Ponerse en la piel de los más
desfavorecidos es una cosa que a nadie le gusta, por eso nadie lo
hace. A nadie le gusta cuidar de los demás. A uno lo que le gusta es
que cuiden de uno, como si tuviera diez años toda la vida. Para eso
inventamos el capitalismo, ¿no? Para que otros hicieran lo que a
nosotros no nos apetece hacer.
Me encanta irme a Zara y comprarme unos
vaqueros que me sienten bien por treinta euros, pero no me gusta
coser cientos de ellos durante un mes por diez. El trato está claro,
¿no? Yo me quedo con lo bueno. Lo de coserlos para los sudasiáticos.
A mi nadie me va a arrancar de mi silla.
Espero que un día los sudasiáticos no
se cansen y me unten los putos vaqueros con cicuta, porque igual mi
perro los muerde y se me muere. Y yo quiero mucho a mi perro. Esos
sucios sudasiáticos me harían una putada gorda.
Todos queremos estar a gusto pero
ninguno queremos trabajar. He aquí el problema. Así que casi mejor
que voy a montar un chanchullo. Me esconderé detrás de
enrevesadísimas teorías burocráticas que me defiendan de dar un
palo al agua. Diré que soy esto o aquello para que la gente se
acojone y no me pueda decir nada. Si hacen algo, caerá sobre ellos
todo el peso de la ley, que también está de mi parte. Y así me
podré pasar la vida fingiendo que soy mejor que un sudasiático.
¡Diablos, nunca pensé que tendría
tanta suerte de ser europeo! Español no es exactamente europeo, pero
al menos no vivo en una chabola. Incluso en España uno puede ir por
la vida fingiendo que es muy importante cuando realmente no aporta
ningún valor al procomún. ¿Cómo voy a abrir la boca por los
desfavorecidos? Eso haría que los miembros de mi club me echasen de
él por traicionarles, y yo no me quiero caer al barro. ¡Con la piel
tan fina que tengo!
Así que, bueno, soy una puta mierda
pero nadie lo sabe. Bueno, saber lo saben, pero no pueden hacer nada
al respecto, que a fin de cuentas es lo mismo. Así que aquí me
quedo, fingiendo que hago algo, porque es lo que exige el trato con
mis compañeros de club. Fingir que hacemos algo para no caer al
barro.
¿Qué quieres que haga? ¿Trabajar?
Debes estar bromeando.