domingo, 23 de octubre de 2016

Tarántula


Este es un grupo en el que me parece que estaba Joe Crepúsculo, que canta una canción que a mi me gusta mucho que se llama La canción de tu vida o algo así, pero en solitario, no con el grupo este.


Creo que ese gachó es sevillano. ¡Anda morena! ¡Sevillano y moderno! ¡Blanco y negro! ¡Reptil y mamífero! ¡Joe todo lo quiere!

No, no, no, las dos cosas no puede ser. Si eres sevillano tienes que ser folclórica, eso lo sabe todo el mundo. Desde la Comisión Europea y desde la Troika han sido claros: los sevillanos a cantar el lerele.


Desde el Parlamento Europeo se decide lo que tú puedes hacer y lo que no. Tu independencia es una farsa, te quedaste sin ella cuando votaste que sí a los tratados de la Unión. ¿Y qué? ¡Buena cosa es esa! ¿Para qué rayos quieres la independencia, si todos te conocemos de sobra? ¿Vas a cambiar de repente cuando seas independiente? No, vas a ser el mismo tuercebotas que siempre has sido. Sólo que encima irás de subidito, o sea, lo que te faltaba.

Es mejor que los asuntos se decidan en un solo sitio, así acabamos antes. Si no esto son una horda de tribus cada una con sus tonterías. ¡Es que yo quiero un taparrabos nuevo! ¡Es que mi lanza ya no pincha bien! ¡Necesito una lanza nueva! ¡Por Dios! ¿Para qué queréis ser independientes si ni siquiera sabéis cuidar de vosotros mismos?


El día que sepáis cuidar de vosotros mismos y llevar una familia como Dios manda no hará falta ningún Parlamento Europeo. Será una mera cuestión de administración, un sitio dedicado a resolver problemas y no a juntar a un par de cientos de subnormales a pelearse los unos con los otros. Porque si no sabes ver que tu hija quiere ponerse ese gorro y no el que tú le quieres poner, que es mucho más feo, ¿cómo vas a ser capaz de negociar asuntos de vital importancia? No puedes. No estás preparado.

Yo también quiero ser independiente. Quiero hacer lo que me salga del rabino, ese que tanto me gusta. Lo limpio todos los días con un trapo y con ese producto que sirve para limpiar la plata. Por eso no abro la puta boca. Por eso estoy cada día afanándome para aprender a resolver los problemas de los que tengo más a mano, que son mi familia y mis amigos, los tuercebotas más majestuosos que he tenido el disgusto de conocer. Así, y solo así, se logra la independencia, necesitando cada vez menos a los demás. Y este es un trabajo que hemos de hacer todos, no sólo yo. Si tú no haces tu parte te voy a mandar a tomar por culo, porque yo soy el que mando y digo que tú no estás preparado para tomar decisiones.


La independencia no se gana en plan Astérix, se gana trabajando, siendo serio y teniendo amor por los demás. ¿Qué carajo de independencia quieres tú, hijo? ¿Qué capricho tienes? Dime. Papá te lo resolverá.

¿Ves? Necesitas a papá.