Este es un disco así chupi guay. Si
eres chupi guay buena cosa es que tengas un disco de Ivy. Si no, tu
chupiguayez quedará en entredicho.
Podemos, si te apetece, hacer un
chupiguayómetro. Para ver cuán chupiguay eres de verdad. Por
ejemplo, pongamos por caso el primer ejemplo que me viene a la
cabeza, una excompañera que me acabo de cruzar: si vas por la calle
hablando por el móvil como si todo fuera un drama no eres chupi
guay.
Eso de chupi guay no tiene nada. Eso es
fingir que eres chupi guay. ¡Pero si yo te conozco! ¡Que eres una
puta inútil! Tienes más responsabilidades de las que puedes
afrontar. El puesto te viene grande, en resumidas cuentas.
A Pedro Sánchez le pasaba lo mismo,
vamos a hablar claro ya. Ese chico necesitaba justo lo que le ha
pasado. Que el león jefe de la manada le diese un rugido que le
calmara un poquito. No es una cuestión de que las bases elijan,
porque las bases son idiotas, por eso son bases. Si fueran más
listas serían cúpula, no bases. Las bases están para lo que están
las bases: sustentar y, si son tan amables, callar.
Pedro tenía un poco de histeria. Y con
histeria no se solucionan los problemas. Se soluciona un problema
puntual, pequeño, uno que necesite un garrazo en un momento dado y
poco más. Pero esa no es buena gasolina para un viaje largo. La
gasolina que necesita un viaje largo son cojones, no histeria. Porque
histéricos nos sabemos poner todos. Lo que ya no sabe todo el mundo
es morder un lápiz y solucionar problemas sin perder los nervios.
Otra cosa es la del chico este catalán,
Rufián. ¡Menudo rufián! ¡Eso es lo que yo llamo un rufián! No se
me ocurre otro apellido mejor para el papel que le ha tocado
representar en la vida a ese chico: Rufián. Parece que Dios sabía
lo que hacía al colocar a ese chico en la familia que lo colocó.
Tú, que vas a tener que hacer de rufián, te vamos a llamar Rufián.
Rufián hace una cosa buena: ponerle
los puntos sobre las íes a los inútiles. Porque, sí, a todos nos
molesta que nos digan que somos unos putos inútiles y unos jetas,
pero alguien nos lo tiene que decir para que dejemos de serlo.
Alguien tiene que hacer de malo para que nosotros podamos, por fin,
dejar de echarle cara a la vida e ir de buenos. ¡Porque en el PSOE
todos son muy buenos! ¡Qué comedidos! ¡Qué niños modelo! Pero si
levantas la alfombra te das cuenta de que barrer ahí no ha barrido
nadie.
No, si así yo también voy por la
vida, no te jode. Yendo de chupi guay y siendo una mierda. Y, oye,
mientras se lo crean esto que me quito de estudiar, de cumplir con mi
responsabilidad, que es madurar.
A Pedro le ha sentado la hostia que ni
una limonada. Está más suave que un calcetín lavado con Perlán.
Así sí, hijo. Pecho lo puede sacar el Iglesias, que es inteligente
y comprometido, pero ¿tú? Tú, con las bases. A sustentar y a
callar.