¡Pero bueno! ¡Esto es un coñazo!
¿Quién no sabe hoy en día de moda? ¡Todas las paletas saben de
moda! ¡Todas!
Hoy saber de moda está en la categoría
de hacer Zumba. Es tan de funcionaria que me voy a echar a llorar.
¿Pero cómo puedes leerte la Vogue cuando la lee esa chica de RRHH
también? ¡Te estás rebajando! ¡Tu función es hacer lo CONTRARIO
que esa peluquera! Cualquier día se van a pensar que tú también
eres una peluquera.
No, no, no. No has entendido tu función
en el mundo. Tu función no es mezclarte con la gente. Tu función es
gobernarla, desde un púlpito inexpugnable. La democratización está
muy bien para cosas menores, como la sanidad o la educación. Pero la
modernidad no es para cualquiera. Eso no puede ser democrático. En
esto sí que soy un Primo de Rivera.
Primo sabe que eso del dinero no es
para cualquier campesino. Pues bien, yo sé que esto de la modernidad
no es para cualquier peluquera. ¡No y mil veces no! ¡Tú no estás
genéticamente preparado para esto! ¡Es como si dejásemos correr
carreras de galgos a cualquier pastor alemán, que tenía que estar
entre las ovejas! ¡Eso no se puede permitir! ¡Se pierde el pedigrí!
¡La sangre azul!
Si dejas pasar a cualquier
indocumentado a este mundo futurista te lo va arruinar. Se meterá en
el teletransportador y se le colará una mosca durante el
teletransporte, y acabará convertido en un ser monstruoso, como esa
peluquera ha terminado, mezclando churras con merinas. Pero si yo es
por ellos. No por mi. Por ellos.
Hijo, es que tú para esto no vales. Lo
siento mucho. Ves más abajo. Ahí cogen a cualquiera. Aquí no. Aquí
prohibimos el paso por tu propia seguridad. No sabes manejar las
herramientas que aquí hemos desarrollado. ¡Te puedes reventar una
mano! Los que aquí estamos tenemos estudios, son muchos años
aprendiendo cómo molar, yendo paso a paso, estudiando cada verso,
por desgracia para ti.
Aquí manejamos pistolas láser como tú
manejas el Metrobús. Cotidianamente.
Tenemos que tomar estas decisiones por
el bien del mundo. Para que el mundo no explote, porque esto es una
central nuclear. No puedes tocar las máquinas que aquí tenemos
porque no tienes preparación. Puede ocurrir una desgracia. Puedes
dejar a toda la población como El Hombre Elefante, si es que eso no
ha empezado a ocurrir ya, a causa de tu osadía, de creer que lo
sabes todo.
¡Y no! ¡Tú al extrarradio a hacer
mechas californianas! ¿Pero tú qué te crees?