Diablos, no me acuerdo de este libro.
Será de los que me compré al final, cuando ya sabía todo lo que
tenía que saber.
Cuando empecé a interesarme por
publicidad me compré libros que hablaran sobre publicidad. Recuerdo
que valoro tres. Los otros son extras.
Francamente, leer demasiado sobre un
tema yo diría que es de estúpidos. ¿Cuántos libros necesitas leer
sobre publicidad? ¿No te has enterado ya con tres?
La mayoría de los temas son muy
fáciles. Cuando les pillas el truco no son más que eso, trucos.
Contabilidad la aprobé con
sobresaliente cuando me explicó un poco de qué iba la pareja de mi
madre por aquel entonces, que era profesor, precisamente, de
contabilidad. Lo que escuchaba en clase de contabilidad no lo
entiendo. No lo computo.
Pero chico, si algo te interesa lo
aprendes fácilmente. Para aprender algo tienes que verle la gracia,
si no no aprenderás nada.
Es el clásico “con un poco de
azúcar”.
Por ejemplo, yo entiendo inglés como
si fuera de Brighton si el youtube habla de videojuegos. Si habla
sobre noticias internacionales no entiendo nada de nada.
Por eso os digo, niños, que la clave
del éxito es querer tenerlo. Si no quieres tenerlo no lo tendrás
porque no lo quieres tener. Así que dedícate a aquello que sí, de
verdad, quieras hacer. Y eso, querido niño tonto, no sólo te
llevará al éxito, sino que es el éxito en sí mismo. So niño
tonto.