El hermano de un amigo tuvo una novia
llamada Tesa, de Hong Kong. Siempre fue de morro fino.
Elegir novia es como elegir coche, no
te vas a quedar con cualquier mierda. Tienes que explorar los
confines de tu alma para saber qué coche está hecho para ti. Si no
te conoces bien fracasarás.
Las troncas son como muy así, parecen
esto pero luego ¡voilá! eran lo otro. Hay que saber palpar bien la
fruta en estos asuntos.
Las troncas son como los troncos, van
de mucho pero luego son un cagarro. Por eso es importante palpar la
fruta, para que no te vendan arena a precio de oro.
A las troncas, como a los coches, hay
que hacerles el rodaje. Hay que ponerlos a 160 a ver cómo responden.
Si no petan funcionan.
Esto es importante porque tú eres muy
de pisarle al coche, y como compres uno que si lo subes de
revoluciones peta estás vendido. Palabra.
Las troncas, como los coches, son
maquinaria delicada, pero maquinaria delicada que tiene que correr.
Coño, si quiero maquinaria delicada
que no corra me compro un Tamagotchi. Muy delicadito, muy estupendo,
pero en él no te puedes montar. Menuda faena.
Por eso las chicas, además de ser
guapas, tienen que correr.