Este es uno de los mandos más
exquisitos de la historia. Su concepto central, la idea de que pulsar
un botón repetidas veces es la gracia de los videojuegos, es tan
brillante que me arrodillo, una vez más, ante Nintendo.
Jugar a un juego con mando de GameCube
es un lujo bastante elevado hoy en día. No en vano han sacado
reediciones para Smash Bros de Wii U.
A mi el Smash Bros es un juego que mñé.
Compré el Smash Bros Brawl de Wii y no me gustó mucho. Era el
primer SB al que jugué. Pero mñé.
De la GameCube lo mejor es el mando. Y,
si ya eres de morro muy muy fino, te recomiendo hacerte con un
adaptador para juegos de Game Boy Advance. Eso ya es lujo asiático,
de Dubai y esos sitios.
¿Para qué sirven estas cosas? Para
nada. Para lo mismo que para lo que sirve un jarrón chino: para
adornar. Para sentir que eres una persona muy importante cuando en
realidad eres una puta mierda. Para pormenores, en definitiva.
Sin embargo, es lícito que te sientas
una puta mierda, lo mismo que es lícito que te sientas un poco
constipado. Si estás constipado te compras unas aspirinas, y si eres
una puta mierda te compras un jarrón chino. No hay problema.
Por tanto no juzgamos lo puta mierda
que seas. Por el contrario, lo celebramos. Los putos mierdas gastan
mucho más dinero, porque de alguna manera tienen que cubrir sus
innumerables carencias. Y los seres superiores les vendemos objetos
que las cubren. Les damos muletas hasta que puedan caminar,
felizmente, ellos solos.
Así que si eres un puto mierda,
enhorabuena; tienes un lugar en mi vida.