Esta es una donación de mi primo. Como
sabe que colecciono estas cosas me lo regaló. Por tanto esta pieza
tiene un valor especial.
Las piezas de colección tienen
diferencias sutiles. El valor familiar de esta suple sus carencias en
calidad del título, pero mantiene intactos sus valores de molar por
cutre.
Que mole lo cutre no es cosa de hoy, es
algo que lleva molando mucho tiempo. En La Crisis no estamos para
sutilezas, pero que no estemos para ellas no significa que
desaparezcan.
Lo cutre mola por simpático, por
carcajada. Por lo mismo que mola el bully de la clase: porque mola
tan poco que tiene necesariamente que molar.
En una época en la que todo es cutre
podríamos decir que miremos a donde miremos mola. Todo es una puta
locura. Los más tontos han ocupado los puestos de poder y van por la
calle como si fueran listos. Vivimos una época tan horrible que mola
mil. Muchísimo.
Vivimos en una comedia tipo colegones,
donde la gracia son los pedos y los eructos. Lo burdo se ha
convertido en la norma y en lo respetado, porque ser idiota se ha
convertido en una virtud.
Cuanto más idiota seas menos
cuestionarás, y hoy todo es tan cuestionable que alguien que no
fuese idiota lo resquebrajaría todo. Así que por el bien de todos
los listos es mejor que callemos, porque tampoco es plan de
resquebrajarlo todo.
Hay muchas personas que dependen de la
estupidez. Sin ella estarían desnudos. Así que será mejor callar
un poco más, hasta que pongan sus barbas a remojar. Su bienestar es
más importante que las reformas. Seamos compasivos.