Un amigo me ha regalado esta copia de
Juan Nadie porque la tenía ripitida. Pues si que le debe gustar
Frank Capra, hay que ver.
Me dijo “Mira, Juan Nadie, como tú”.
Estuve tentado de sentirme ofendido, casi lo hago, pero luego entendí
que lo decía porque, como Juan Nadie, yo soy buena persona y no
quiero méritos.
Esta peli va de un tronco que es bueno
y, por eso, le hacen famoso. Le llenan de gloria vana y el tío acaba
hasta los huevines, porque la gloria vana es super asquerosa, amén
de que florece y no grana.
La gloria vana sirve, por ejemplo, para
vengarte de los bullys del cole. Ahora tienes un curro guay y ellos
son trabajadores con baja cualificación. Así que ahora se joden, tú
te paseas delante de ellos como diciéndoles “¿Quién es ahora el
pringado?”. Lamento decirte que lo sigues siendo tú.
Ganarle a los bullys a base de tener un
curro guay lo único que dice es que eres un pringado que sigue sin
atreverse a toserles y tienes que inventar enrevesadas formas de
venganza cuando, si no fueras un pringado, les partirías la cara y
ya está.
Así que entre los bullys y tú sigo
prefiriendo a los bullys. Al menos ellos van de cara.
Admito que los bullys son muy brutos y
cualquier día te la lían. Desde luego. Pero más miedo me das tú
con lo retorcido que eres.
¡Cualquiera se hace amigo tuyo si has
sido capaz de edificar una vida sobre la piedra angular de la
venganza! Tú estás pallá, chaval. Aléjate de mi.
Que no, que no. Que te has vuelto a
quedar solo. ¿Ves? Es que eres un pringado. No es culpa de los
bullys.