jueves, 22 de diciembre de 2016

Narciso y Goldmundo Hermann Hesse

Este libro no lo he leído. Se lo cogí a mi tía Angustias para leérmelo, pero no fue así. Lo siento.


Como me leí Siddharta y El lobo estepario, del mismo autor, pensé que podría reunir fuerzas para meterme este tocho. Pero no.

Los otros dos me los leí porque me los regaló Raúl por mi cumple o algo así. Y no me acuerdo muy bien de ellos. Era un tío que, ya sabes, era un poco como un lobo estepario. Pues eso.


Recuerdo bastantes más cosas de Mortadelo y Filemón. Y, si ya nos ponemos finos, de Zipi y Zape.

De Zipi y Zape recuerdo a Don Pantuflo. Don Pantuflo era un tío recto, no amante de las tonterías. Me recuerda un poco a mi. ¡Menos fútbol y más libros!


Don Pantuflo me parecía majestuoso. Y comportarse tan rectamente me parece hilarante. En definitiva, me gustaría convertirme en un Don Pantuflo que no estuviera calvo y que tuviera un poco menos de barriga. Pero tampoco ninguna.

Me gustaría dar enormes discursos a personas que, una de dos, quieren escucharme o no les queda más remedio.


Todo esto, insisto, manteniendo un físico atractivo para las mujeres.

Una mezcla entre Trump y Obama. Algo así. Pero con pelo. A eso no quiero renunciar, si no tienen inconveniente en ello. ¿No lo tienen? Estupendo. Me alegran el día.