¡Qué gusto da trabajar con la
arcilla! Es como mierda que no mancha. O mancha poco.
Da que pensar que lo que nos sale por
el culo cada día, si las cosas van bien, sea tan parecido a la
arcilla, el material con el que Dios nos hizo.
La mierda y la arcilla tienen muchos
puntos en común. Ambas son moldeables, eso sí, dependiendo de su
calidad. Cuanta más ajustada esté su textura más fácil será
trabajar. No es lo mismo una mierda de resaca, igual que no es lo
mismo un cacho barro que cojas de una obra. Ambos materiales tienen
que tener un mínimo de calidad.
¿Cómo sería la arcilla con la que
nos hizo Dios? ¿Iría a El Corte Inglés a comprarla, envasada y
bien preparada, o cogería un cacho de barro del bosque y tiró con
eso? Aventurado es interpretar los designios de Dios.
Imagino que Dios no nos modeló ahí en
dos patás. Dicen que somos sus hijos bienamados, y uno sólo bienama
aquello en lo que ha puesto el corazón. Imagino que el tronco se
afanó ahí en que quedáramos bien. No dejaría nada al azar,
presumo.
Dios nos puso un mecanismo de alerta
dentro del barro, como un céntimo que has metido, en plan
Illuminati, en la masa de una vasija que has hecho. No se ve pero
está ahí. A la conciencia le pasa lo mismo, nuestro mecanismo de
alerta.
Dios dijo “¡Hala! ¡A jugar! Podéis
hacer lo que os salga de la polla. Eso sí, no os paséis de la raya.
Me fío de vosotros, pero sólo por si acaso os he metido una movida
dentro que si os comportáis de forma demasiado egoísta os va a
empezar a doler. Vosotros mismos”.
¡Joder con Dios! ¡No da puntada sin
hilo! Parece que todo como bien pero tenemos un mecanismo que nos
impide ir demasiado en contra del Padre. Vamos, yo haría lo mismo si
fabricase putos robots, lo más parecido a un ser que ha conseguido
hacer el hombre.
Si yo hiciera robots me cuidaría bien
de protegerme contra ellos, a ver si se les va a pirar la pelota.
Después de todo son robots, no están perfeccionados que te cagas,
la robótica está aún en pañales. Mejor meterles unas líneas de
código que les impidan atacarme y santas pascuas. Vamos, God style.