domingo, 25 de diciembre de 2016

Volkswagen Concept T


Mi primo me dice que me pega un deportivo. Mi primo me sobrestima.


O no me conoce nada. Yo tengo más que ver con un monje recatado, no con un playboy de Miami Beach.

Molar no es una cosa superficial. Al menos no para mi. Es algo que sale de hondo, que tiene un sentido trascendente.


Molo más que nadie porque a mi no me importa molar, me importa trascender. Y al no poner mi foco en el molar y sí en la trascendencia molar me sale de natural.

Busca el Reino de Dios y lo demás se te dará por añadidura.


Jesús evidentemente era un tipo que molaba mucho. Hay que molar mucho para llegarle a un tío y soltarle que, por tus santos cojones, él desde ese momento deja de llamarse Simón para llamarse Pedro.

No contento con eso, le dice que le llama Pedro por piedra. Que va a ser la piedra sobre la que va a edificar su Iglesia.


Y para más inri, el tal Simón traga y se va con Jesús.

Si eso no es molar, que baje Dios y lo vea.