martes, 13 de diciembre de 2016

El chip prodigioso

Esta peli se supone que me tenía que gustar como mucho, pero no me gusta tanto.


Me gusta Meg Ryan porque se ha operado. Las chicas que se operan demuestran muy buen gusto, además de ser punks.

Un punk no es más que alguien que quiere que su visión del mundo tenga un lugar en este, por eso es agresivo. Se ríe de ti disfrazándose de aquello que más odias. Un punk es muy valiente, pues vive con innumerables dardos y flechas clavados en su corazón como si nada.


Las chicas también tienen su visión del mundo particular. Quieren ser guapas, por eso se meten naranjas en la camiseta cuando son niñas, lo mismo que nosotros nos las metíamos en la bragueta. El sueño de las niñas es ser la más guapa de todas, lo mismo que el nuestro es ser el más macho.

Meg Ryan se tiró al monte. Miren, señores, yo soy Meg Ryan; soy la Reina de la comedia romántica. Siento que a estas alturas de mi vida ya casi que me da igual 8 que 80. Así que ¿saben qué? Que me voy a operar a saco. Babeen todo lo que quieran.


Este es mi concepto de la belleza. Que esté hecha de plástico no hace sino engrandecer su resplandor. ¿No te gusta? Tócame las tetas y después hablamos.

Meg Ryan, por tanto, me parece una Pasionaria del pop. Una mujer que lucha por sus ideales más allá de lo que pueda decir ese o aquel. ¿Qué diferencia hay con La Pasionaria? Ninguna.


Por tanto, si votas a Podemos y tienes un huerto urbano me temo que tenemos otra división más en el partido. ¡Menudo avispero! Esto no es un partido ni es nada.

Mira los del PP, todos estúpidos, al sonido del tambor. ¿Por qué nosotros no podemos ser como ellos? ¿Por qué?