Las patatas fritas con sabor a jamón
son las mejores. Yo dejaría de hacer más sabores porque no tienen
ningún sentido.
Basta con que haya patatas fritas
normales y sabor a jamón. El resto es un gasto inútil de energía.
Demasiados sabores reflejan una empresa
que no tiene claro qué quiere hacer y qué no.
Aquello de sacar Doritos con sabores
“secretos”, sólo llamados A y B quería ser como guay pero no lo
era.
Muy forzado.
Hubo unos tiempos en los que Matutano
tenía como millones de sabores y variedades y se sentía como muy
bien por ello. Hoy en día es hora de pasar la criba y que quede sólo
lo importante. Y eso es sólo el sabor jamón.
El resto de sabores son prescindibles.
Cuesta dinero desarrollarlos y, colocados en el lineal, ofrecen una
imagen difusa de la marca.
Como en Podemos, en Matutano hay que
hacer una criba. Que sólo se queden los que de verdad aportan algún
valor.
El resto, a la calle.