Me he hecho con esta mierda. De Fox
Kids. Son los Masters para una nueva generación, una que nació
después de mi. Me resisto a aceptar que haya gente más joven que
yo, pero ya ves, debe ser que es cierto, por alguna razón que no
acabo de entender de ninguna, ninguna de las maneras.
La gente más joven que yo me repugna.
Me repugna porque me recuerda a que ya no soy joven. Ahora entiendo a
todos esos viejos que me miraban no sé cómo y yo no sabía qué
pasaba. Era que yo era joven. Que yo era una amenaza. Lo mismo que
siento yo ahora por todos los nacidos a partir de 1980.
Yo antes era feliz habiendo nacido en
1979. Me decía “qué suerte tengo, he vivido tres décadas, la de
los 70, la de los 80 y la de los 90”. Os lo juro que estaba feliz.
Ahora me da como palo haber nacido en los 70 y que las Icona Pop me
digan que yo soy from the 70´s mientras que ellas son unas 90´s
bitches. Y se quedan tan anchas, las putas de ellas.
Pues nada, me lo tengo que comer. ¡Qué
remedio! No me queda otra que apelar a la experiencia, al “ya
verás, chaval, lo que es la vida”, al hacerme el sabio cuando en
realidad estoy acojonado porque estos putos niñatos me vengan a
mover la silla, que tambalea ya de por sí. ¡Como para que me
enreden estos hijos de puta! Estoy yo bueno, como para que me
enreden.
Bueno, pero sea como sea sigo siendo
moderno de la hostia. ¡De la hostia! Fíjate, no compro los Masters
del Universo de mi época, como un puto viejo nostálgico cualquiera.
Compro los nuevos, los de los niños de ahora. Eso me hace moderno.
¿No? Yo creo que sí.
Nada, nada. Que yo no me bajo de la
burra. ¡Yo soy moderno de la hostia! ¡A mi vosotros, niñatos, no
me vais a hacer sombra! ¡Me la suda Twitter, me la suda Facebook, me
la suda Instagram, me la suda Snapchat? ¿Por qué? Porque yo sé que lo
verdaderamente moderno es LinkedIn.
Porque yo tengo El Don, putos niños.
Eso no lo da la edad. Eso lo dan los genes. Mis padres mezclaron sus
códigos genéticos con el único objetivo de crear un Monstruo de la
Modernidad, y así fue. Yo seré más moderno que vosotros mientras
me despido de este mundo con una sonrisa. Y no una sardónica, como
la de Skeletor.
¿No os lo creéis? Podemos apostar, si
es que vuestros putos curros de niñato os dan parné suficiente como
para apostar. Parné significa dinero. ¿Veis? Otro punto para mi.
Apostemos a ver quién es el más
moderno. Mi chupa del Real Madrid contra vuestros peinados como de
nido de pájaro que corona vuestras putas cocorotas. A ver quién
gana.


