Hoy en el mundo hay dos facciones. No,
no hablo de pablistas y errejonistas. Esos también, pero no son tan
relevantes, sin duda.
Puede que te guste más Super
Castlevania IV o Castlevania Symphony of the Night. Si eres de los
primeros probablemente seas leal al AVGN y te guste más porque a él
le gusta más. Si te gusta SOTN, no sé, tus razones tendrás. A mi
era el que más me gustaba hasta que abrió la boca el AVGN.
Las personalidades magnéticas
consiguen estas cosas. Que a ti te guste más SOTN y, de un día para
otro, pase a gustarte más Castlevania IV. No es falta de
personalidad, en todo caso es exceso de esta. ¿Que a este tío tan
guay le gusta esto? Pues yo voy detrás. Soy completamente consciente
de mis actos.
Las personalidades magnéticas saben a
gominola y las gominolas son lo que más me gusta del mundo. De
enfrentarme a una personalidad magnética probaría el acíbar, y el
acíbar no me gusta nada. Así que prefiero sacrificar mi criterio,
que, total, tengo demasiado, y deleitarme en los dulces sabores.
Las personalidades magnéticas, además,
tienen muy mala hostia. No les gusta nada que les lleven la
contraria. Si quieres escindirte de una personalidad magnética es
mejor para tu integridad física y emocional que les digas que sí a
todo y luego hacer tú lo que te dé la puta gana. De no hacerlo de
esta manera, insisto, probarás el acíbar.
Las personalidades magnéticas suelen
ser bastante inmaduras y están demasiado acostumbradas a que se les
dé siempre la razón. Si no les das la razón serán ellos los que
prueben el acíbar, y eso sí que no lo van a consentir. Para no
tragar ese sapo te lo harán tragar a ti, por puro berrinche, y
entonces sabrás lo que es sufrir.
La única opción que te queda con las
personalidades magnéticas es esperar a que sean exiliadas a la Isla
de Elba. Allí es donde acaban cuando la gente empieza a pasar de
ellas. Al no poder soportar que no se haga siempre lo que ellas dicen
se emberrinchan y se van a la Isla de Elba, porque el mundo les ha
traicionado.
Aznar, por ejemplo, es una de estas
personalidades. Como la gente ya pasa un poco de sus recetas
económicas está muy enfadado y se ha exiliado a la Isla de Elba.
Normal, por otra parte. ¿Para qué quieres rodearte de gente si no
va a obedecer tus órdenes ciegamente? Menuda pérdida de tiempo.
La Isla de Elba está llena de gente
magnética. Allí se reúnen todos y planean una sociedad utópica.
La movida es que les cuesta un poco ponerse de acuerdo, pero en fin,
es lo que tienen las personalidades magnéticas.