domingo, 29 de enero de 2017

Llavero para abuelos geniales

Yo no sé qué abuelos tendrá Mr. Wonderful, pero los míos son odiosos. De geniales nada.


Mis abuelos no paran de reputear. No paran de poner problemas. Es más, si les llego con este llavero me lo tiran a la cabeza entre gritos.

Yo no sé qué familia tendrá Mr. Wonderful, pero la mía es de verdad. Aquí nos odiamos todos. No nos podemos ni ver, como las familias normales. Nos puteamos y nos chinchamos porque así es el amor BDSM, el verdadero amor, el más puro de todos.


Yo no sé qué amor es ese que se esfuerza tanto en reprimir el odio de todas las formas posibles. ¿Qué problema tiene Mr. Wonderful con el odio? ¿Qué oculta?

Yo la gente que no para de sonreír me parece una psicópata. No sé a vosotros.


Todos los psicópatas que he conocido parecían unas personas per-fec-tas. Hasta que se dijo algo que no les gustaba, naturalmente. Ahí se volvieron locos y nos os quiero contar lo que pasó.

Desde entonces a las personas per-fec-tas las trato con distancia. Con una sonrisa mentirosa, como sugiriendo que no quiero problemas. Yo les digo a todo que sí y me escapo en cuanto puedo, no vaya a ser el demonio.


Por eso a mi Mr. Wonderful me da miedo. Cuando alguien te quiere convencer de todas las formas posibles de que es el buen rollo personificado lo más probable es que sea el mal rollo personificado. Por eso te quiere convencer de lo contrario, porque de decir la verdad todo el mundo le daría de lado.

Pero vamos, que vosotros podéis hacer lo que queráis. Eso sí, luego no digáis que no os he avisado. Otro día os enseño las cicatrices.