martes, 24 de enero de 2017

Turok: Evolution

Turok va de cazar dinosaurios. Tiene como muy buena fama, pero sus colores apagados a mi me tiran para atrás. Vamos, a mi me parecen apagados, no sé.


Una buena compra por tu parte sería una Xbox original, ya sabes, la que salió antes de la 360. La que nadie daba un duro por ella. De la que yo me reía por su diseño soviético y por su desfachatez al apuntarse al carro consolero. Esa, esa.

Recuerdo la Xbox original expuesta en Blockbuster Video, como intentado de convencerme de sus bondades mientras yo alquilaba VHS. Jesús, ¿tanto tiempo ha pasado? Parece que fue ayer.


Hombre, si no me equivoco tú vas por la vida buscando historias inspiradoras para tu negocio como el beduino busca agua en el interminable desierto, ¿no? Bueno, pues quédate con la historia de Xbox, que es una historia de dignidad y de trabajo duro.

Contentos con el resultado de su Xbox, Microsoft lanzó Xbox 360, la primera consola que se enchufaba por HDMI, si no recuerdo mal. La sacó antes que nadie, al estilo Microsoft: lo importante es llegar primeros, no cómo llegamos. Si las consolas tienen defectos de fábrica a saco las reponemos, que para eso somos Microsoft y tenemos músculo empresarial


Sus técnicas de venta fueron agresivas. Para que la consola fuera barata la despiezaron y te vendían la consola, el disco duro y el wi-fi por separado. Si comprabas todo junto te salía igual de cara que una Play 3 pero al consumidor, o sea, a mi, no le daba esa sensación. La sensación que daba es que eras mazo listo por haber pillado una 360 tan barata en la FNAC.

Y ahora han sacado una Xbox One, con la que han seguido el mismo sistema. ¿Que el diseño es una mierda? No importa, tú lánzala, ya lanzaremos el diseño bueno más adelante. Lo importante es poner la pica en Flandes el primero. En Flandes, no en Flanders. Ja, ja. ¿Lo pillas?


Microsoft nos ha enseñado que se puede ser burdo sin perder el estilo. Que puedes hacerlo todo mal y aún así ganar. ¿No es esta una lección preciosa para tu incipiente negocio, ahora que estás saturado de historias inmaculadas de grandes empresarios eco-friendly?

Yo que tú, aunque sólo sea por darle variedad a tu pitanza, tiraría a la basura un par de anécdotas de Tesla y pondría en su lugar un par de ellas de Bill Gates. Aunque sólo sea por quitarte presión. ¿Ves? Bill Gates nos enseña que aunque no nos esforcemos demasiado nos puede ir bien.