Cómo me gustaría que me transportasen
dentro de uno de estos sobres. Así nunca me podría pasar nada.
Estos sobres son sobres normales con la
particularidad de que están forrados de papel de burbujas por
dentro. Así que dentro de estos sobres puedes mandar objetos
frágiles, siempre y cuando quepan dentro de ellos.
Yo alguna vez he mandado láminas
dentro de estos sobres, porque imagínate que el señor cartero está
tonto perdido y me la arruga. Entonces el destinatario se enfadaría
y la culpa la tendría yo. Por eso compro estos sobres.
Coger estos sobres es como coger un
cojín, da como gusto. Parece como muy buena idea usar estos sobres.
Si te llega un sobre de estos a casa te alegra el día.
Lo que pueda venir dentro de estos
sobres debe ser algo por encima de la media, porque si no no se
habrían molestado en usar estos sobres. Hubieran usado uno normal,
que son más baratos.
Estos pequeños detalles son los que
hacen la vida. Si aprendes a leerlos siempre irás por el camino
correcto, nadie te la dará con queso. Por eso es importante que
alimentes a tu famoso “niño interior”, porque es la única
entidad inteligente que hay en ti.
Si haces caso omiso a tu “niño
interior” sencillamente te estás llevando la contraria a ti mismo.
Has decidido que hay alguien por ahí que te conoce mejor que tú
mismo y le haces caso a él en vez de a ti. Joder, hay que reconocer
que eres bastante gilipollas.
Aunque te digo una cosa: si a tu “niño
interior” le llamas “niño interior” mal vamos. Tu niño
interior eres tú, capullo. El que no eres tú es el que se llama a
sí mismo “niño interior”. No, en serio, es que, de verdad, eres
gilipollas.
Pero bueno, son los tiempos que corren.
La gente trabaja desde capas exteriores negando la principal. Guay,
guay. Así os va a ir de puta madre. Os vais a morir superpronto así,
en serio.