De pequeño nunca me gustó Chase H.Q.,
pero de mayor le he visto la gracia.
Chase H.Q. es un juego de carreras
normal pero que al llegar a un punto tienes que chocarte con un coche
señalado con una flecha hasta reventarlo porque los que lo conducen
son malas personas.
Si lo revientas se para y tú sales del
coche y detienes a los maleantes. Es algo muy sencillo pero que da
mucha satisfacción.
Si estás pensando en montar una
empresa porque te va como el culo y ya te has dado cuenta de que el
sistema no va a hacer nada por ti tienes que fijarte en Chase H.Q.
Tienes que ofrecer al mundo algo que
garantice una satisfacción sencilla, infantil. Para ello tienes que
ponerte en contacto con tu corazón de niño y esperar que él, en su
inocencia, te dé la respuesta acertada.
Por ejemplo yo no sé si Glovo cumple
esos requisitos. Francamente, yo nunca he pensado que estaría guay
que alguien me trajera de El Corte Inglés un paquete de folios.
Prefiero calzarme y acercarme yo porque dar un paseo sí da esa
satisfacción infantil de la que hablamos. Esperar a que un pobre
ciclista te traiga los folios no.
Del mismo modo Tesla tampoco te ofrece
una satisfacción infantil, sólo cerebral. Esos coches son demasiado
lujosos. Uno se siente que le está echando mucha cara llevando un
pedazo coche de esos. ¿Para qué quieres un Tesla pudiendo tener un
sencillo y simpático Renault Zoe?
Sin embargo entiendo que hay gente a la
que le produce gran satisfacción sentir que es mejor que el vecino
aunque no lo sea.
Aprovecharse de esas personas tan
necias sí da una satisfacción infantil. Así que en ese sentido
Tesla mola, pero no creo que la hayan fundado con ese espíritu. Me
temo que los fundadores de Tesla creen que son revolucionarios cuando
no es así.