domingo, 15 de enero de 2017

La Isla del Tesoro R.L. Stevenson

Pues no me acuerdo mucho de este libro. Recuerdo que era una narración agradable. Y que salía un personaje llamado Long John Silver, cuyo nombre mola que te pasas.


Es suficientemente delgadito para no dar pereza y suficientemente gordito para contar. Si te lees un libro delgadito cuenta, pero no cuenta igual que uno más gordito. Sabes lo que te quiero decir, ¿no?

Lo importante de los libros no es su contenido, porque ya ves, yo me he olvidado de todo el contenido de este, lo que cuenta es exponerlos en la estantería para que las visitas flipen con lo que lees. ¿Para qué van a servir sino? ¿No?


Si quieres saber de qué trata La Isla del Tesoro te juegas al Monkey Island, que es parecido pero diver.

No recuerdo ni la mierda que aprende el protagonista ni nada. No recuerdo escenas interesantes. Nada. Recuerdo la sensación de narración agradable y a Long John Silver.


Así que a mi para lo único que me sirve este libro es para presumir de él.

La sensación agradable de la narración la puedo conseguir tomándome una manzanilla, que es más barata y no me cuesta esfuerzo intelectual.


Pero vamos, que como adorno está muy bien. Queda que te cagas. Me da un aire como de intelectual pero poco sesudo, de amante de las sencillas novelas de aventuras del siglo XIX.

Tampoco es que me guste a mi mucho esa imagen, pero bueno. Como ingrediente de mi disfraz vale. Pero tiene muchos más. ¡Muchos más!