miércoles, 11 de enero de 2017

Games Número 105 5,95€/Canarias 6,10€

Jajaja en Canarias siempre tienen que pagar más por todo. Qué pringados.


A cambio, el tabaco lo tienen más barato. En mi viaje de fin de curso, que fuimos a Gran Canaria, me traje mis buenos cartones de Camel Light, el tabaco que fumaba yo entonces porque me parecía el más guay.

Por aquel entonces había esos anuncios de un camello como de dibujos animados en situaciones divertidas. Por eso todos los niños nos animamos a fumar, porque nos encantaba aquel camello.


Cuando fumabas cigarrillos Camel te sentías en Disneylandia, y en Disneylandia todo es mucho mejor. Los niños fumábamos cigarros como gominolas.

Por desgracia aquellos tiempos pasaron y ahora el tabaco, en vez de estar asociado a camellos de dibujos animados, está asociado a fotografías desagradabilísimas.


Para que alguien compre o deje de comprar sólo tienes que ponerle una señal encima del producto. Ha de ser una señal sutil, como fingiendo que respetas el criterio del consumidor. Sin embargo no lo respetas nada, porque desprecias al consumidor que te cagas. Por eso es el consumidor. Si no sería empresario, como tú.

El producto da lo mismo. Lo que cuenta es la señal. Las personas somos niños del coño de nuestra madre hasta la lápida de nuestras tumbas, por tanto como a niños se nos ha de tratar. Al recibir golpes por todas partes no se nos deja expresarnos y por tanto no podemos madurar. Por eso seguimos siendo niños siempre, porque el sistema está pensado para que no madures y así poder manipularte.


Así siempre se te puede colar el gol. ¿Ves? Es sencillo. Yo te trato como mal pero a la vez soy muy simpático. Y como te trato como mal tú supones que no te quiero vender nada, porque si no te trataría bien. No podrías estar más equivocado. Lo único que pasa es que soy más inteligente que tú y siempre voy un paso por delante tuya.

Te trato mal para que supongas que no te quiero vender nada. Es una estrategia de venta avanzada, eso es todo. Pero en el núcleo de mi discurso hay una gran señal luminosa que pone “COMPRA”. ¿No te has fijado? Claro que no. Pero tu “niño interior” sí.